funideli
miércoles, 17 de enero de 2018
sábado, 24 de marzo de 2012
La Poética de Aristóteles
funideli
Según el Diccionario Zamora de la Literatura Universal ,
el concepto de poesía no es para Aristóteles el que se haya extendido en la
actualidad:; para él, la poesía es
cualquier creación artística en general concebida como una imitación de la
realidad; este hecho lo corrobora Octovio Paz cuando manifiesta en el Arco y la Lira ¨El carácter irrepetible
y único del poema lo comparten otras obras: cuadros, esculturas, sonatas,
música, la danza y los monumentos. A todas ellas es aplicable la distinción
entre poema y utensilio, estilo y creación. Para Aristóteles, la pintura, la
escultura, la música y la danza son también formas poéticas, como la tragedia y
la épica¨ Pero, ¿Cómo surge la poesía? Según el estagirita, parecen ser dos las
causas que originan la poesía; las dos completamente naturales: a) Como función
natural al hombre, se observa desde su infancia una tendencia a reproducir
imitativamente, lo cual lo hace muy superior a las demás criaturas y su
aprendizaje se lleva a cabo a través de la imitación. B) La reproducción imitativa es una complacencia connatural al
hombre. Por lo tanto, es la imitación artística una imitación de la realidad
tomada en su forma sensible. Estableciendo el concepto de poética, se entran a
distinguir los géneros de la misma, siendo éstos la epopeya, la comedia, la
tragedia, la poesía ditirámbica y la mayor parte de citarística y la aulódica;
todas guardan en común el sentido imitativo, pero difieren en tres aspectos: en
primer lugar, imitación en cada caso no se lleva a cabo de la misma forma; en
segundo término, cada una se vale de medios distintos y, finalmente, la
atención de cada una no se centra en los mismos aspectos. Planteada la unidad
esencial del arte la obra aborda la problemática de los géneros, enfatizando la
epopeya y la tragedia más que a los demás, luego, se refiere a la comedia pero
tratándola sólo en sus relaciones y semejanzas con la tragedia y enfocando
todos estos análisis desde un punto de vista técnico-empírico. Señala
Aristóteles que en toda tragedia griega se distinguen las siguientes partes: el
prólogo, el párados, el éxodo, los episodios y los estaísmos. Junto con estos
elementos existen diálogos líricos (Kommós) y una lucha dialéctica (agón), que
en muchas ocasiones se convierte en una discusión verbal en que cada uno de los
personajes recita un verso o parte de él (esticomitia). El prólogo ¨es la parte
completa de una tragedia que precede a la entrada del coro¨; es la verdadera
introducción en la que se plantean las circunstancias ambientales. En ocasiones,
son varios los personajes que intervienen en él. El párados ¨es el canto de
entrada al coro,; emplea como metro el anapesto, pero cuando ya ha realizado
sus evoluciones se coloca en la orquesta, el canto que entona es ya en versos
líricos¨. El éxodo es un canto breve, muchas veces tan sólo una fórmula con la
cual el coro se retira. Es el episodio ¨la parte completa de la tragedia que va
dentro de dos cantos corales completos, lo cual vendría a ser en nuestra época
como el ¨acto¨. Entre estásimon y estásimon (o sea, canto seguido que
interpreta el coro), se van intercalando lo que se considera como las
verdaderas piezas dramáticas de variada estructura: la resis es lo más común y
consiste en largas secuencias de versos yámbicos, con los cuales los personajes
hablan entre sí. Claro está que no todo se recita en el interior de un
episodio: también existen solos líricos
entre el coro y un personaje (Kommós).
Considera Aristóteles que los tres elementos
fundamentales de la poesía son: la imitación, la armonía y el ritmo,
generadores a su vez de la epopeya y, con la inclusión del diálogo, también a
la tragedia y la comedia. La tragedia se compones de cinco elementos: el
lenguaje, los movimientos escénicos, los caracteres, la música y la fábula; se
considera a este último como el más importante por ser el objeto propio de la
poética. Esta fábula debe conformar una unidad con el principio, el medio y el
fin de la obra, o sea, una totalidad perfectamente delimitada. Lo bello para
Aristóteles está en la grandeza y en el orden. Dos son las leyes de la poética
de Aristóteles: ¨Ley del límite de la extensión y de la economía de las partes¨
y ¨Ley de la unidad¨, encargada de establecer la diferencia fundamental entre
la narración poética y la histórica.
En el capítulo V dice que la epopeya va
paralela con la tragedia en cuanto que es imitación, por medio del metro, de
seres de valor psíquico y moral elevado, pero difieren en que la epopeya
utiliza un metro uniforme y es simple narración. En el mismo texto agrega Aristóteles
una diferencia en magnitud: mientras que la tragedia se esfuerza por cerrarse
en cuanto es posible de la epopeya gustará también del espectáculo grandioso de
la tragedia. Y si sabe distinguir si una tragedia es buena o mala, sabrá también
aplicar estas distinciones respecto de la epopeya. Tragedia y epopeya tienen
partes constitutivas comunes, pero esto no quiere decir que tanto la tragedia
como la comedia ajusten perfectamente todos sus elementos. Para Aristóteles,
los elementos que encierra la epopeya se hayan siempre en la tragedia, pero los
elementos característicos de la tragedia no se encuentran en la epopeya porque
a ésta, que fundamentalmente es una narración, le corresponden una mayor
extensión y un metro propio de ella: el metro heroico, o sea, el mismo
hexámetro, que debido a su amplitud y constancia resulta así mismo el más
adecuado para la forma épica narrativa.
lunes, 9 de mayo de 2011
Poemas Tropicales.
Los Maniáticos
Se entretejían encrucijadas por el tiempo
como trapos mohosos, mal olientes,
estrujados por sus cuerpos sudorosos,
inertes, asqueantes,
en una mañana de invierno,
teñida de blanco y escalofríos sepulcrales.
Llovía.
La masturbación verbal
del acto del habla
enriquece la lengua
que recorre sus oídos
y lo hacen estremecer de un solo golpe,
sobre profundos ecos de suspiros.
Sus colinas erguidas en plena primavera
yacían apretujadas por fuertes vientos
provenientes de las profundidades marinas.
A lo lejos,
copiosos nubarrones
agitaban verdosos y huidizos matorrales…
@Santiago Terrero
La Mujerzuela
A la par de golpes sinuosos que nos envolvían,
la cama muda acomodaba sus quejidos
sobre fuertes barrotes de hierros corroídos.
El lomo lúcido, resbaladizo de algunos libros
sobre mi morada se dejaba entrever
a través de míseros reflejos.
Revoloteaban como hojas secas.
¡Helena! ¡Paris!
La Ilíada me conmovía.
Nos burlábamos del acto mismo.
Risa, canciones, alegría.
Rechinábamos, inmersos en un mar de sudor.
A la pared, ¡Yoselín! tu nombre se veía,
como vistoso plumaje de ave apetecido,
después de beber el alba
que engalana el candor de sus pitillos.
@Santiago Terrero
OBREROS…?
Ante la precaria situación,
la cual me encontraba,
mi jefe me dijo:
¡tienes que ser más rápido!
Sin saber que hacer me marché de allí.
Mis pasos agigantados se disolvían,
al oír la voz ronca y grotesca,
todo era ambición, desconfianza,
atropello, malas miradas, !todo!
Más sin embargo, una voz apacible,
amable, quieta, se apiadó de mí,
apoyó mi alma...
Apoyo y confianza exiguos
eran mi lentitud.
La grandeza de unos a los otros, es y será,
la perfección que engalana el sordo grito,
que solo los hombres gloriosos desnudarán,
a través del serpenteado vaivén del pensamiento…
@Santiago Terrero
Ciudad desnuda
Entre trago y trago corría la noche
burdeles en la ciudad,
¡Jadeantes prostitutas alegres y sin sueño!
Concreto tirano, salpicado de salitre.
¡Guerra y Feria de la Paz!
Desde un auto veloz, hombres y mujeres,
sexo sin piedad compran y venden,
baratillo por doquier.
Infame noche de ternura,
requiebra lenguaz impertinente,
fusión y desaliento que aniquila.
Magia brutal que enloquece.
Encanto solaz y placentero,
burbuja de locura sorpresiva,
protector de besos y cariño.
¡Torrente perdido sobre nada!
@Santiago Terrero
Canto a Petit Trou
Salitre de mar baña tu rostro,
pelambre de montaña adorna tu cuello,
Sierra de Bahoruco, sustento de familias,
Mar Caribe, pasatiempo favorito.
Enclavado entre mar y montañas,
escasez de personas en sus calles,
casas cansadas por el paso de los años,
calles estrechas y estropeadas por paisanas.
Tristes sonrisas de los niños,
cactus bañados de tristezas,
mujer que carga sus quehaceres,
hombre que exprime la tierra.
Mulos de cargas adornados,
gallinas y animales amarrados,
la esquina es sombra,
la casa ruina…
Recuerdos clavados,
lugares y paisajes,
Sócrates, ¿los guayacanes?
son nostalgias nada más…
Enriquillo,
salitre de mar baña tu rostro,
pelambre de montaña adorna tu cuello…
@Santiago Terrero
Camposanto
Dentro de un camposanto humedecido
caminaban dos señoras sollozando,
¡sollozando a cántaro!
El hermano añorado del recuerdo
se has marchado ¿hasta cuando?
y con el concreto se ha borrado
aquel día de campo.
Fuera de un camposanto resecado
se van dos hermanas rezando
sobre llanto.
@Santiago Terrero
Se entretejían encrucijadas por el tiempo
como trapos mohosos, mal olientes,
estrujados por sus cuerpos sudorosos,
inertes, asqueantes,
en una mañana de invierno,
teñida de blanco y escalofríos sepulcrales.
Llovía.
La masturbación verbal
del acto del habla
enriquece la lengua
que recorre sus oídos
y lo hacen estremecer de un solo golpe,
sobre profundos ecos de suspiros.
Sus colinas erguidas en plena primavera
yacían apretujadas por fuertes vientos
provenientes de las profundidades marinas.
A lo lejos,
copiosos nubarrones
agitaban verdosos y huidizos matorrales…
@Santiago Terrero
La Mujerzuela
A la par de golpes sinuosos que nos envolvían,
la cama muda acomodaba sus quejidos
sobre fuertes barrotes de hierros corroídos.
El lomo lúcido, resbaladizo de algunos libros
sobre mi morada se dejaba entrever
a través de míseros reflejos.
Revoloteaban como hojas secas.
¡Helena! ¡Paris!
La Ilíada me conmovía.
Nos burlábamos del acto mismo.
Risa, canciones, alegría.
Rechinábamos, inmersos en un mar de sudor.
A la pared, ¡Yoselín! tu nombre se veía,
como vistoso plumaje de ave apetecido,
después de beber el alba
que engalana el candor de sus pitillos.
@Santiago Terrero
OBREROS…?
Ante la precaria situación,
la cual me encontraba,
mi jefe me dijo:
¡tienes que ser más rápido!
Sin saber que hacer me marché de allí.
Mis pasos agigantados se disolvían,
al oír la voz ronca y grotesca,
todo era ambición, desconfianza,
atropello, malas miradas, !todo!
Más sin embargo, una voz apacible,
amable, quieta, se apiadó de mí,
apoyó mi alma...
Apoyo y confianza exiguos
eran mi lentitud.
La grandeza de unos a los otros, es y será,
la perfección que engalana el sordo grito,
que solo los hombres gloriosos desnudarán,
a través del serpenteado vaivén del pensamiento…
@Santiago Terrero
Ciudad desnuda
Entre trago y trago corría la noche
burdeles en la ciudad,
¡Jadeantes prostitutas alegres y sin sueño!
Concreto tirano, salpicado de salitre.
¡Guerra y Feria de la Paz!
Desde un auto veloz, hombres y mujeres,
sexo sin piedad compran y venden,
baratillo por doquier.
Infame noche de ternura,
requiebra lenguaz impertinente,
fusión y desaliento que aniquila.
Magia brutal que enloquece.
Encanto solaz y placentero,
burbuja de locura sorpresiva,
protector de besos y cariño.
¡Torrente perdido sobre nada!
@Santiago Terrero
Canto a Petit Trou
Salitre de mar baña tu rostro,
pelambre de montaña adorna tu cuello,
Sierra de Bahoruco, sustento de familias,
Mar Caribe, pasatiempo favorito.
Enclavado entre mar y montañas,
escasez de personas en sus calles,
casas cansadas por el paso de los años,
calles estrechas y estropeadas por paisanas.
Tristes sonrisas de los niños,
cactus bañados de tristezas,
mujer que carga sus quehaceres,
hombre que exprime la tierra.
Mulos de cargas adornados,
gallinas y animales amarrados,
la esquina es sombra,
la casa ruina…
Recuerdos clavados,
lugares y paisajes,
Sócrates, ¿los guayacanes?
son nostalgias nada más…
Enriquillo,
salitre de mar baña tu rostro,
pelambre de montaña adorna tu cuello…
@Santiago Terrero
Camposanto
Dentro de un camposanto humedecido
caminaban dos señoras sollozando,
¡sollozando a cántaro!
El hermano añorado del recuerdo
se has marchado ¿hasta cuando?
y con el concreto se ha borrado
aquel día de campo.
Fuera de un camposanto resecado
se van dos hermanas rezando
sobre llanto.
@Santiago Terrero
viernes, 15 de abril de 2011
ANÁLISIS LITERARIO DE ¨CANTO TRISTE A LA PATRIA BIEN AMADA¨ DE HÉCTOR INCHÁUSTEGUI CABRAL
AUTOR Y SU ÉPOCA:
Héctor Incháustegui Cabral, autor del controversial poema “Canto triste a la patria bien amada”, nació en 1912 en la provincia Peravia, Baní y Murió en Santo Domingo en 1979. Autor de una fecunda producción literaria y ensayística de gran rigor intelectual, la denuncia de la injusticia y la defensa de las clases menos favorecidas, está considerado como una de las voces más destacadas de la poesía social antillana del siglo XX.
Es una de las figuras mas destacadas del panorama cultural dominicano, en el que desempeñó cargos tan relevantes como el de presidente de Sociedad Nacional de Escritores y el de Vicepresidente de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de la República Dominicana. Además, fue designado miembro correspondiente de la Real Academia Dominicana de la Lengua, y galardonado en 1952 con el prestigioso premio "Pedro Henríquez Ureña". Durante muchos años, trabajó en labores educativas y ganó fama de avanzado pedagogo, actividad que compaginó con su dedicación a la escritura y con el desempeño de misiones diplomáticas al servicio de su nación.
En su faceta de escritor, se dio a conocer como poeta merced a la publicación, en 1939, del volumen de versos titulado Poemas de una sola angustia, opera prima en la que mostraba su interés por el entorno social -principalmente urbano- y por las duras condiciones de vida de sus compatriotas. En la estela de la vertiente poética social transitada en las Letras estadounidenses por el poeta Carl August Sandburg, Héctor Incháustegui aunó la dureza y el rigor de su voz crítica con un cierto tono de desenfado que pronto le condujo a cultivar una ironía contestataria cercana a los postulados ideológicos del anarquismo.
Pero esta ideología libertaria, que propugnaba la confraternidad universal del ser humano para aumentar los ecos de la denuncia de la injusticia social, no le impidió centrar su atención en algunos aspectos específicos de su pueblo (como la descripción del paisaje dominicano), con lo que el tono lírico de su voz poética acabó desbordando los reducidos límites de la interiorización para alcanzar, en determinadas composiciones, una encendida dimensión épica que se hace patente en poemas como "Canto triste a la Patria bien amada", "Preocupación del vivir" e "Invitación a los de arriba". Y, al postre, los temas y las técnicas procedentes de la poesía social, sumados a su afán por recoger el testigo del legado vanguardista, dan como resultado una producción rigurosa, irónica y libertaria en la que se constata, verso a verso, el desencanto del poeta derivado de su lúcida contemplación del mundo que le rodea.
Canto triste a la patria bien amada
Patria...
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales,
las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria,
la triste sonrisa de las flores
que salpican de vivos carmesíes
las diminutas sendas.
Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda,
un hombre que exprime paciente su inutilidad,
los asnos y los mulos,
miserable coloquio del hueso y el pellejo;
las aves del corral son pluma y canto apenas,
el sembrado sombra, lo demás es ruina...
Patria,
en mi corazón un acerico
en donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien agudas puntas
que una vez clavadas temblorosas quedarán
por los siglos de los siglos.
Patria,
sin ríos,
los treinta mil que vio Las Casas
están naciendo en mi corazón...
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres
miren con desprecio las pies sucios y arrugados,
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de caminos claven una bandera
para lucir sus colores nada más...
Mientras el hombre tenga que arrastrar
enfermedades y hambre,
y sus hijos se esparzan por el mundo
como insectos dañinos,
y rueden por montañas y sabanas,
extraños en su tierra,
no deberá haber sosiego,
ni deberá haber paz,
ni es sagrado el ocio,
y que sea la hartura castigada...
Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres...
Patria,
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales...
Argumento:
Todo se desarrolla desde un auto en marcha que se desplaza por varios pueblos del interior del país, donde el narrador se convierte en observador y descriptor de las vicisitudes y pobreza que agobian la clase necesitada de la sociedad. El cual describe pintorescas y pequeñas sendas, adornadas por flores, altos arbustos y una población de humanos y animales que desbordan grandes desesperanzas de poder vivir.
Tema:
El tema de este poema se centraliza en las injusticias sociales, donde se impide el acceso igualitario a los recursos sociales y los derechos humanos (residencias, empleo, ciudadanía, estatus y respecto).
Mensaje:
En el poema el autor ubica la ideología dentro de un esquema doble, en el que presenta este como un dilema u oposición dentro de una estructura discursiva. La solución a los problemas y conflictos entre dos clases.
El poeta es retórico en su elaboración de texto, cuando dice: las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria, entonces remite con versus, cuando declama: y que la hartura sea castigada.
Valores sociales y morales:
En este poema resaltan los valores sociales, económicos, políticos e históricos, como una forma del autor exponer las vivencias que se debatían en la época de la tiranía trujillista, y que de alguna forma al mencionar la palabra “patria” a comienzo de las estrofas mas importantes del poema, como una forma de llevar al lector o receptor cierta forma de añoranza.
También hace remembranza a la miseria que sufría la clase campesina y explotada de la época, con tan ricos recursos naturales y sin los medios de necesarios de hacer producir la tierra, cuando se refiere, a: las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria,
la triste sonrisa de las flores.
En su tercera estrofa se manifiesta el dolor y el sufrimiento de un pueblo con un recuerdo que no olvidará jamás la miseria y el descontento sufrido a través de la explotación del hombre por el hombre.
Patria,
en mi corazón un acerico
en donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien agudas puntas
que una vez clavadas temblorosas quedarán
por los siglos de los siglos.
Peor aun en la estrofa cuatro cuando introduce al Padre Las Casas, figura estelar en la defensa de nuestros aborígenes en época de la colonización, para expresar la desaparición de nuestros ríos, recursos naturales que han llenado de esplendor nuestra geografía nacional y comenta que solo queda recuerdo de los mismos, a través de la panorámica visión de de cuencas vacías:
Patria,
sin ríos,
los treinta mil que vio Las Casas
están naciendo en mi corazón...
En su quinta estrofa nos presenta una patria mágica, convertida en jaula de bambúes, que encierran pájaros mudos, sin alas, sin esperanza de poder escapar a la situación que la acorrala, para referirse a difícil situación política que se vivía en la época la isla de Santo Domingo, donde no había democracia, y las cárceles eran verdaderos mataderos humanos.
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
En la época el autor lleva un mensaje cargado de información a través de este discurso, donde en los estratos sociales más bajos reinaban la promiscuidad, el hambre y enfermedades, mientras por el otro lado, existe el derroche, fiestas y la delincuencia en todos los sentidos:
Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres...
Recursos Lingüísticos:
Canto triste a la patria bien amada está compuesto de expresivos sonidos recurrentes, mediante el autor a querido expresar sus temas e ideas. Se puede observar el fonema /p/ de “patria”, que es como empieza el poema, resulta una clave fundamental en casi todas las estrofas del poema.
La cadena prosódica del poema se inicia con la /p/ de patria y esa cadena continúa y se repite, motivando al ritmo y llenando de significado todo el texto.
El empleo de y al comienzo y dentro de versos, puede plantearse entre los valores sintácticos de la conjunción y el valor sintagmático. La y une el poema desde el comienzo, es una sintaxis llena de paralelismos lexicales, las palabras principales, son estribillos y a la vez son el mensaje principal y donde se produce acumulación rítmica, con una rapidez por acoplamiento de dos términos cargados de adjetivos calificativos, acompañada de sentido prosódico y semántica, donde se produce una figura rítmica.
El esquema estructural del poema cuenta con ochos estrofas, formadas por versos cortos y largos. En la primera estrofa, el primer verso es bisílabo, /Pa/tria/, nos introduce de una vez en una “Patria” cósmica. En su segundo verso dodecasílabo nos sumerge en el recuerdo vivido, /y/en/la/am/plia/ban/de/ja/del/re/cuer/do/. Luego para no cansar mucho el cuarto verso de ocho sílabas, /un/pai/sa/je/mo/ve/di/zo/, el autor nos crea un mundo imaginario. Así el autor va narrando desde versos bisílabos hasta versos alejandrinos. El poema empieza y termina con la misma estrofa, excepto que la última estrofa termina en el verso séptimo, con un suspenso, donde dice: empalizadas bajas y altos matorrales… Y en la primera estrofa termina en el verso 11avo. , que dice: las diminutas sendas.
Figuras Literarias: Entre las figuras literarias tenemos: metáforas, símil, hipérboles, antítesis, prosopopeyas, etc.
Metáforas:
Canto triste a la patria bien amada.
Lanzas de bien agudas puntas.
Palabra hueca y terca.
Jaula de bambúes.
Extraviadas sendas.
Cuevas infectas.
Hipérboles:
Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda.
Las diminutas sendas.
Y sus hijos se esparzan por el mundo.
Símil:
Y sus hijos se propagan por el mundo como insectos dañinos.
Antítesis:
Empalizadas bajas y altos matorrales.
Prosopopeyas:
La triste sonrisa de las flores.
Las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria.
El triste aposento campesino.
Punto de vista del narrador:
Con una clase de Descripción Topográfica, el narrador se postula desde una tercera persona observadora.
Nivel de lenguaje empleado:
Sociopolítico, con estilo poético
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Carmesíes: color granate intenso
Sendas: caminos estrecho, especialmente el que se ha formado por el paso de personas o animales. Plan de adulación o procedimiento que se sigue para conseguir algo.
Pellejo: piel o trozo de piel de una persona o animal.
Acerico: almohadilla para clavar en ella alfileres y agujas.
Proles: conjuntos de hijos que tiene una persona. Descendencia.
Esparcir: separar lo que está junto o amontonado
Sosiego: estado de quietud o tranquilidad
Hartura: logro de un deseo. Hartazgo. Abundancia.
Ocio: tiempo libre, descanso de las actividades habituales
Aposento: cuarto o pieza de una casa
Promiscuidad: comportamiento de la persona que cambia de pareja sexual con frecuencia.
funideli
Héctor Incháustegui Cabral, autor del controversial poema “Canto triste a la patria bien amada”, nació en 1912 en la provincia Peravia, Baní y Murió en Santo Domingo en 1979. Autor de una fecunda producción literaria y ensayística de gran rigor intelectual, la denuncia de la injusticia y la defensa de las clases menos favorecidas, está considerado como una de las voces más destacadas de la poesía social antillana del siglo XX.
Es una de las figuras mas destacadas del panorama cultural dominicano, en el que desempeñó cargos tan relevantes como el de presidente de Sociedad Nacional de Escritores y el de Vicepresidente de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de la República Dominicana. Además, fue designado miembro correspondiente de la Real Academia Dominicana de la Lengua, y galardonado en 1952 con el prestigioso premio "Pedro Henríquez Ureña". Durante muchos años, trabajó en labores educativas y ganó fama de avanzado pedagogo, actividad que compaginó con su dedicación a la escritura y con el desempeño de misiones diplomáticas al servicio de su nación.
En su faceta de escritor, se dio a conocer como poeta merced a la publicación, en 1939, del volumen de versos titulado Poemas de una sola angustia, opera prima en la que mostraba su interés por el entorno social -principalmente urbano- y por las duras condiciones de vida de sus compatriotas. En la estela de la vertiente poética social transitada en las Letras estadounidenses por el poeta Carl August Sandburg, Héctor Incháustegui aunó la dureza y el rigor de su voz crítica con un cierto tono de desenfado que pronto le condujo a cultivar una ironía contestataria cercana a los postulados ideológicos del anarquismo.
Pero esta ideología libertaria, que propugnaba la confraternidad universal del ser humano para aumentar los ecos de la denuncia de la injusticia social, no le impidió centrar su atención en algunos aspectos específicos de su pueblo (como la descripción del paisaje dominicano), con lo que el tono lírico de su voz poética acabó desbordando los reducidos límites de la interiorización para alcanzar, en determinadas composiciones, una encendida dimensión épica que se hace patente en poemas como "Canto triste a la Patria bien amada", "Preocupación del vivir" e "Invitación a los de arriba". Y, al postre, los temas y las técnicas procedentes de la poesía social, sumados a su afán por recoger el testigo del legado vanguardista, dan como resultado una producción rigurosa, irónica y libertaria en la que se constata, verso a verso, el desencanto del poeta derivado de su lúcida contemplación del mundo que le rodea.
Canto triste a la patria bien amada
Patria...
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales,
las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria,
la triste sonrisa de las flores
que salpican de vivos carmesíes
las diminutas sendas.
Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda,
un hombre que exprime paciente su inutilidad,
los asnos y los mulos,
miserable coloquio del hueso y el pellejo;
las aves del corral son pluma y canto apenas,
el sembrado sombra, lo demás es ruina...
Patria,
en mi corazón un acerico
en donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien agudas puntas
que una vez clavadas temblorosas quedarán
por los siglos de los siglos.
Patria,
sin ríos,
los treinta mil que vio Las Casas
están naciendo en mi corazón...
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
Patria,
palabra hueca y torpe
para mí, mientras los hombres
miren con desprecio las pies sucios y arrugados,
y maldigan las proles largas,
y en cada cruce de caminos claven una bandera
para lucir sus colores nada más...
Mientras el hombre tenga que arrastrar
enfermedades y hambre,
y sus hijos se esparzan por el mundo
como insectos dañinos,
y rueden por montañas y sabanas,
extraños en su tierra,
no deberá haber sosiego,
ni deberá haber paz,
ni es sagrado el ocio,
y que sea la hartura castigada...
Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres...
Patria,
y en la amplia bandeja del recuerdo,
dos o tres casi ciudades,
luego,
un paisaje movedizo,
visto desde un auto veloz:
empalizadas bajas y altos matorrales...
Argumento:
Todo se desarrolla desde un auto en marcha que se desplaza por varios pueblos del interior del país, donde el narrador se convierte en observador y descriptor de las vicisitudes y pobreza que agobian la clase necesitada de la sociedad. El cual describe pintorescas y pequeñas sendas, adornadas por flores, altos arbustos y una población de humanos y animales que desbordan grandes desesperanzas de poder vivir.
Tema:
El tema de este poema se centraliza en las injusticias sociales, donde se impide el acceso igualitario a los recursos sociales y los derechos humanos (residencias, empleo, ciudadanía, estatus y respecto).
Mensaje:
En el poema el autor ubica la ideología dentro de un esquema doble, en el que presenta este como un dilema u oposición dentro de una estructura discursiva. La solución a los problemas y conflictos entre dos clases.
El poeta es retórico en su elaboración de texto, cuando dice: las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria, entonces remite con versus, cuando declama: y que la hartura sea castigada.
Valores sociales y morales:
En este poema resaltan los valores sociales, económicos, políticos e históricos, como una forma del autor exponer las vivencias que se debatían en la época de la tiranía trujillista, y que de alguna forma al mencionar la palabra “patria” a comienzo de las estrofas mas importantes del poema, como una forma de llevar al lector o receptor cierta forma de añoranza.
También hace remembranza a la miseria que sufría la clase campesina y explotada de la época, con tan ricos recursos naturales y sin los medios de necesarios de hacer producir la tierra, cuando se refiere, a: las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria,
la triste sonrisa de las flores.
En su tercera estrofa se manifiesta el dolor y el sufrimiento de un pueblo con un recuerdo que no olvidará jamás la miseria y el descontento sufrido a través de la explotación del hombre por el hombre.
Patria,
en mi corazón un acerico
en donde el recuerdo va dejando
lanzas de bien agudas puntas
que una vez clavadas temblorosas quedarán
por los siglos de los siglos.
Peor aun en la estrofa cuatro cuando introduce al Padre Las Casas, figura estelar en la defensa de nuestros aborígenes en época de la colonización, para expresar la desaparición de nuestros ríos, recursos naturales que han llenado de esplendor nuestra geografía nacional y comenta que solo queda recuerdo de los mismos, a través de la panorámica visión de de cuencas vacías:
Patria,
sin ríos,
los treinta mil que vio Las Casas
están naciendo en mi corazón...
En su quinta estrofa nos presenta una patria mágica, convertida en jaula de bambúes, que encierran pájaros mudos, sin alas, sin esperanza de poder escapar a la situación que la acorrala, para referirse a difícil situación política que se vivía en la época la isla de Santo Domingo, donde no había democracia, y las cárceles eran verdaderos mataderos humanos.
Patria,
jaula de bambúes
para un pájaro mudo que no tiene alas,
En la época el autor lleva un mensaje cargado de información a través de este discurso, donde en los estratos sociales más bajos reinaban la promiscuidad, el hambre y enfermedades, mientras por el otro lado, existe el derroche, fiestas y la delincuencia en todos los sentidos:
Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino
y sólo se coma por las noches,
a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados
y llevarle por extraviadas sendas,
por los ranchos,
por las cuevas infectas
y por las fiestas malditas de los hombres...
Recursos Lingüísticos:
Canto triste a la patria bien amada está compuesto de expresivos sonidos recurrentes, mediante el autor a querido expresar sus temas e ideas. Se puede observar el fonema /p/ de “patria”, que es como empieza el poema, resulta una clave fundamental en casi todas las estrofas del poema.
La cadena prosódica del poema se inicia con la /p/ de patria y esa cadena continúa y se repite, motivando al ritmo y llenando de significado todo el texto.
El empleo de y al comienzo y dentro de versos, puede plantearse entre los valores sintácticos de la conjunción y el valor sintagmático. La y une el poema desde el comienzo, es una sintaxis llena de paralelismos lexicales, las palabras principales, son estribillos y a la vez son el mensaje principal y donde se produce acumulación rítmica, con una rapidez por acoplamiento de dos términos cargados de adjetivos calificativos, acompañada de sentido prosódico y semántica, donde se produce una figura rítmica.
El esquema estructural del poema cuenta con ochos estrofas, formadas por versos cortos y largos. En la primera estrofa, el primer verso es bisílabo, /Pa/tria/, nos introduce de una vez en una “Patria” cósmica. En su segundo verso dodecasílabo nos sumerge en el recuerdo vivido, /y/en/la/am/plia/ban/de/ja/del/re/cuer/do/. Luego para no cansar mucho el cuarto verso de ocho sílabas, /un/pai/sa/je/mo/ve/di/zo/, el autor nos crea un mundo imaginario. Así el autor va narrando desde versos bisílabos hasta versos alejandrinos. El poema empieza y termina con la misma estrofa, excepto que la última estrofa termina en el verso séptimo, con un suspenso, donde dice: empalizadas bajas y altos matorrales… Y en la primera estrofa termina en el verso 11avo. , que dice: las diminutas sendas.
Figuras Literarias: Entre las figuras literarias tenemos: metáforas, símil, hipérboles, antítesis, prosopopeyas, etc.
Metáforas:
Canto triste a la patria bien amada.
Lanzas de bien agudas puntas.
Palabra hueca y terca.
Jaula de bambúes.
Extraviadas sendas.
Cuevas infectas.
Hipérboles:
Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda.
Las diminutas sendas.
Y sus hijos se esparzan por el mundo.
Símil:
Y sus hijos se propagan por el mundo como insectos dañinos.
Antítesis:
Empalizadas bajas y altos matorrales.
Prosopopeyas:
La triste sonrisa de las flores.
Las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria.
El triste aposento campesino.
Punto de vista del narrador:
Con una clase de Descripción Topográfica, el narrador se postula desde una tercera persona observadora.
Nivel de lenguaje empleado:
Sociopolítico, con estilo poético
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Carmesíes: color granate intenso
Sendas: caminos estrecho, especialmente el que se ha formado por el paso de personas o animales. Plan de adulación o procedimiento que se sigue para conseguir algo.
Pellejo: piel o trozo de piel de una persona o animal.
Acerico: almohadilla para clavar en ella alfileres y agujas.
Proles: conjuntos de hijos que tiene una persona. Descendencia.
Esparcir: separar lo que está junto o amontonado
Sosiego: estado de quietud o tranquilidad
Hartura: logro de un deseo. Hartazgo. Abundancia.
Ocio: tiempo libre, descanso de las actividades habituales
Aposento: cuarto o pieza de una casa
Promiscuidad: comportamiento de la persona que cambia de pareja sexual con frecuencia.
funideli
ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO ¨LOS AMOS¨ DE JUAN BOSCH
Los amos
Juan Bosch
Cuando ya Cristino no servía ni para ordeñar una vaca, don Pío lo llamó y le dijo que iba a hacerle un regalo.
-Le voy a dar medio peso para el camino. Usté esta muy mal y no puede seguir trabajando. Si se mejora, vuelva.
Cristino extendió una mano amarilla, que le temblaba.
-Mucha gracia, don. Quisiera coger el camino ya, pero tengo calentura.
-Puede quedarse aquí esta noche, si quiere, y hasta hacerse una tisana de cabrita. Eso es bueno.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes.
-Ta bien, don Pío -dijo-; que Dio se lo pague.
Bajó lentamente los escalones, mientras se cubría de nuevo la cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al último escalón se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los críos.
-Que animao ta el becerrito -comentó en voz baja.
Se trataba de uno que él había curado días antes. Había tenido gusanos en el ombligo y ahora correteaba y saltaba alegremente.
Don Pío salió a la galería y también se detuvo a ver las reses. Don Pío era bajo, rechoncho, de ojos pequeños y rápidos. Cristino tenía tres años trabajando con él. Le pagaba un peso semanal por el ordeño, que se hacía de madrugada, las atenciones de la casa y el cuido de los terneros. Le había salido trabajador y tranquilo aquel hombre, pero había enfermado y don Pío no quería mantener gente enferma en su casa.
Don Pío tendió la vista. A la distancia estaban los matorrales que cubrían el paso del arroyo, y sobre los matorrales, las nubes de mosquitos. Don Pío había mandado poner tela metálica en todas las puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tenía ni puertas ni ventanas; no tenía ni siquiera setos. Cristino se movió allá abajo, en el primer escalón, y don Pío quiso hacerle una última recomendación.
-Cuando llegue a su casa póngase en cura, Cristino.
-Ah, sí, cómo no, don. Mucha gracia -oyó responder.
El sol hervía en cada diminuta hoja de la sabana. Desde las lomas de Terrero hasta las de San Francisco, perdidas hacia el norte, todo fulgía bajo el sol. Al borde de los potreros, bien lejos, había dos vacas. Apenas se las distinguía, pero Cristino conocía una por una todas las reses.
-Vea, don -dijo- aquella pinta que se aguaita allá debe haber parío anoche o por la mañana, porque no le veo barriga.
Don Pío caminó arriba.
-¿Usté cree, Cristino? Yo no la veo bien.
-Arrímese pa aquel lao y la verá.
Cristino tenía frío y la cabeza empezaba a dolerle, pero siguió con la vista al animal.
-Dese una caminata y me la arrea, Cristino -oyó decir a don Pío.
-Yo fuera a buscarla, pero me toy sintiendo mal.
-¿La calentura?
-Unjú, me ta subiendo.
-Eso no hace. Ya usté esta acostumbrado, Cristino. Vaya y tráigamela.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados. Sentía que el frío iba dominándolo. Levantaba la frente. Todo aquel sol, el becerrito...
-¿Va a traermela? -insistió la voz.
Con todo ese sol y las piernas temblándole, y los pies descalzos llenos de polvo.
-¿Va a buscarmela, Cristino?
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba. Se apretaba más los brazos sobre el pecho. Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Resonaron pisadas arriba y Cristino pensó que don Pío iba a bajar. Eso asustó a Cristino.
-Ello sí, don -dijo-: voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino. Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Cristino seguía temblando, pero comenzó a ponerse de pie.
-Si: ya voy, don -dijo.
-Cogió ahora por la vuelta del arroyo -explicó desde la galería don Pío.
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío lo veía de espaldas. Una mujer se deslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
-¡Qué día tan bonito, Pío! -comentó con voz cantarina.
El hombre no contestó. Señaló hacia Cristino, que se alejaba con paso torpe como si fuera tropezando.
-No quería ir a buscarme la vaca pinta, que parió anoche. Y ahorita mismo le di medio peso para el camino.
Calló medio minuto y miró a la mujer, que parecía demandar una explicación.
-Malagradecidos que son, Herminia -dijo-. De nada vale tratarlos bien.
Ella asintió con la mirada.
-Te lo he dicho mil veces, Pío -comentó. Y ambos se quedaron mirando a Cristino, que ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana.
El autor y su época
Juan Bosch es el autor del importante cuento, “Los amos”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Argumento:
Todo se desarrolla en la zona rural, en una finca propiedad de Don Pío, cuando éste llama a Cristino, su peón y le ofrece medio peso, para que se vaya y vuelva cuando se mejore. Cristino le da las gracias al extender una mano amarillenta y temblorosa, sentía fiebre y no podía seguir el camino, pero Don Pío le pide que se quedara esa noche y se hiciera una tisana de cabrita. Al Cristino quitarse el sombrero, bajó los escalones a mirar los críos y las vacas, como una forma de despedida. Don Pío le dio una última recomendación, al mandarlo a buscar una vaca que había parido en la noche, pero Cristino no se sentía bien de la fiebre que lo agobiaba, y se tuvo al negar, pero al Don Pío seguir insistiendo y bajar del barcón, Cristino se asustó y empezó a caminar para buscarle el crío y la vaca, pero temblaba al caminar, comenzó a cruzar la gran sabana. Desde la galería a espalda de Don Pío, Herminia susurraba a éste que se lo había dicho mil veces que de nada valía tratar bien a los peones, porque estos eran malagradecidos.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en la explotación de los obreros, hombres y mujeres que valoralizan más a sus riquezas que a los seres humanos que le sirven con humildad.
Mensaje:
El amo no tiene ninguna conciencia por el obrero, a pesar del peón estar enfermo lo mandó a buscarle la vaca que habia parido en la noche, sin importarle la salud del mismo. Prefiere que el peón se muera a perder su propiedad.
Valores morales y sociales:
En este cuento resaltan a la vista los valores de explotación del hombre por hombre, para conseguir sus bienes y dones, sin importar la salud, ni males que afectan a la clase más necesitada. Los trabajadores de todos los tiempos y todos lugares del planeta le han servido a los poderosos, a los ricos, ellos son los dueños del mundo, y se lo merecen todo. La falta de conciencia es un mal que afecta a esta clase social, no le importa los problemas que afectan a la clase pobre del planeta.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos están por el autor están: descripción, metáforas, hipérboles, paradojas:
DESCRIPCIÓN:
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío lo veía de espaldas. Una mujer se deslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
HIPÉRBOLES:
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados
La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes
METÁFORAS:
Cristino extendió una mano amarilla, que le temblaba.
Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes
PARADOJA:
Si se mejora, vuelva.
-Ello sí, don -dijo-: voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino. Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Punto de Vista del Narrador:
El punto de vista del narrador es tercera persona.
Personajes:
Don Pío (amo), Cristino (peón) y Herminia (esposa de Don Pío)
Nivel de lenguaje empleado:
El nivel de lenguaje empleado por el autor es sociocultural, perteneciente a la clase campesina.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Aguaita o Aguaitar: Ponerse en cuclillas, acechar.
Arrea o Arrear: Estimular a las bestias para que echen a andar para que aviven el paso.
Arrímese o Arrimarse: Acercar o poner una cosa junto a otra.
Calentura: Fiebre, temperatura alta.
Cantarina: Aficionado a cantar
Correteaba o Corretear: Correr un niño de un lado a otro. Perseguir a una persona.
Descarnados o Descarnar: Quitar la carne adherida al hueso o piel.
Fieltro: Especie de paño no tejido que resulta de prensar borra, lana o pelo.
Tisana: Bebida medicinal que resulta del cocimiento ligero de una o varias hierbas.
Pómulos: Hueso y prominencia de cada una de las mejillas.
Pescuezo: Parte del cuerpo animal o humano desde la nuca hasta el tronco.
Peón o peones: Obrero que realiza trabajos no especializados o trabaja como ayudante algunos oficios.
Setos: Cercado hecho de palos o varas entretejidas.
Resonaron o Resonar: Producir resonancia, sonar mucho.
Torpe: Que es de movimiento lento, tardo y pesado. Desmañado, falto de habilidad y destreza. Poco acertado o oportuno.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que los amos es una obra de un gran contenido social, porque retrata la situación de la explotación del hombre por hombre, propia de la República Dominicana.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento los amos resalta que la historia de la humanidad está marcada por dos clases sociales: los explotadores y los explotados. El ser humano siempre ha realizado trabajos que ningún otro ser o animal ha hecho, esclaviza a su misma especie. Estos hechos son innumerables e irrepochables en la historia universal. En todos tiempos y sociedades ha existido esta práctica que contrarresta al ser humano. Juan Bosch nos narra la historia de un personaje viejo y cansado, sin energia, enfermo, al que su amo despide por no querer gente enferma en su finca. El amo y su esposa se burlan de quien le sirvió la vida entera a cambio de nada.
funideli
Juan Bosch
Cuando ya Cristino no servía ni para ordeñar una vaca, don Pío lo llamó y le dijo que iba a hacerle un regalo.
-Le voy a dar medio peso para el camino. Usté esta muy mal y no puede seguir trabajando. Si se mejora, vuelva.
Cristino extendió una mano amarilla, que le temblaba.
-Mucha gracia, don. Quisiera coger el camino ya, pero tengo calentura.
-Puede quedarse aquí esta noche, si quiere, y hasta hacerse una tisana de cabrita. Eso es bueno.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes.
-Ta bien, don Pío -dijo-; que Dio se lo pague.
Bajó lentamente los escalones, mientras se cubría de nuevo la cabeza con el viejo sombrero de fieltro negro. Al llegar al último escalón se detuvo un rato y se puso a mirar las vacas y los críos.
-Que animao ta el becerrito -comentó en voz baja.
Se trataba de uno que él había curado días antes. Había tenido gusanos en el ombligo y ahora correteaba y saltaba alegremente.
Don Pío salió a la galería y también se detuvo a ver las reses. Don Pío era bajo, rechoncho, de ojos pequeños y rápidos. Cristino tenía tres años trabajando con él. Le pagaba un peso semanal por el ordeño, que se hacía de madrugada, las atenciones de la casa y el cuido de los terneros. Le había salido trabajador y tranquilo aquel hombre, pero había enfermado y don Pío no quería mantener gente enferma en su casa.
Don Pío tendió la vista. A la distancia estaban los matorrales que cubrían el paso del arroyo, y sobre los matorrales, las nubes de mosquitos. Don Pío había mandado poner tela metálica en todas las puertas y ventanas de la casa, pero el rancho de los peones no tenía ni puertas ni ventanas; no tenía ni siquiera setos. Cristino se movió allá abajo, en el primer escalón, y don Pío quiso hacerle una última recomendación.
-Cuando llegue a su casa póngase en cura, Cristino.
-Ah, sí, cómo no, don. Mucha gracia -oyó responder.
El sol hervía en cada diminuta hoja de la sabana. Desde las lomas de Terrero hasta las de San Francisco, perdidas hacia el norte, todo fulgía bajo el sol. Al borde de los potreros, bien lejos, había dos vacas. Apenas se las distinguía, pero Cristino conocía una por una todas las reses.
-Vea, don -dijo- aquella pinta que se aguaita allá debe haber parío anoche o por la mañana, porque no le veo barriga.
Don Pío caminó arriba.
-¿Usté cree, Cristino? Yo no la veo bien.
-Arrímese pa aquel lao y la verá.
Cristino tenía frío y la cabeza empezaba a dolerle, pero siguió con la vista al animal.
-Dese una caminata y me la arrea, Cristino -oyó decir a don Pío.
-Yo fuera a buscarla, pero me toy sintiendo mal.
-¿La calentura?
-Unjú, me ta subiendo.
-Eso no hace. Ya usté esta acostumbrado, Cristino. Vaya y tráigamela.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados. Sentía que el frío iba dominándolo. Levantaba la frente. Todo aquel sol, el becerrito...
-¿Va a traermela? -insistió la voz.
Con todo ese sol y las piernas temblándole, y los pies descalzos llenos de polvo.
-¿Va a buscarmela, Cristino?
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba. Se apretaba más los brazos sobre el pecho. Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Resonaron pisadas arriba y Cristino pensó que don Pío iba a bajar. Eso asustó a Cristino.
-Ello sí, don -dijo-: voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino. Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Cristino seguía temblando, pero comenzó a ponerse de pie.
-Si: ya voy, don -dijo.
-Cogió ahora por la vuelta del arroyo -explicó desde la galería don Pío.
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío lo veía de espaldas. Una mujer se deslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
-¡Qué día tan bonito, Pío! -comentó con voz cantarina.
El hombre no contestó. Señaló hacia Cristino, que se alejaba con paso torpe como si fuera tropezando.
-No quería ir a buscarme la vaca pinta, que parió anoche. Y ahorita mismo le di medio peso para el camino.
Calló medio minuto y miró a la mujer, que parecía demandar una explicación.
-Malagradecidos que son, Herminia -dijo-. De nada vale tratarlos bien.
Ella asintió con la mirada.
-Te lo he dicho mil veces, Pío -comentó. Y ambos se quedaron mirando a Cristino, que ya era apenas una mancha sobre el verde de la sabana.
El autor y su época
Juan Bosch es el autor del importante cuento, “Los amos”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Argumento:
Todo se desarrolla en la zona rural, en una finca propiedad de Don Pío, cuando éste llama a Cristino, su peón y le ofrece medio peso, para que se vaya y vuelva cuando se mejore. Cristino le da las gracias al extender una mano amarillenta y temblorosa, sentía fiebre y no podía seguir el camino, pero Don Pío le pide que se quedara esa noche y se hiciera una tisana de cabrita. Al Cristino quitarse el sombrero, bajó los escalones a mirar los críos y las vacas, como una forma de despedida. Don Pío le dio una última recomendación, al mandarlo a buscar una vaca que había parido en la noche, pero Cristino no se sentía bien de la fiebre que lo agobiaba, y se tuvo al negar, pero al Don Pío seguir insistiendo y bajar del barcón, Cristino se asustó y empezó a caminar para buscarle el crío y la vaca, pero temblaba al caminar, comenzó a cruzar la gran sabana. Desde la galería a espalda de Don Pío, Herminia susurraba a éste que se lo había dicho mil veces que de nada valía tratar bien a los peones, porque estos eran malagradecidos.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en la explotación de los obreros, hombres y mujeres que valoralizan más a sus riquezas que a los seres humanos que le sirven con humildad.
Mensaje:
El amo no tiene ninguna conciencia por el obrero, a pesar del peón estar enfermo lo mandó a buscarle la vaca que habia parido en la noche, sin importarle la salud del mismo. Prefiere que el peón se muera a perder su propiedad.
Valores morales y sociales:
En este cuento resaltan a la vista los valores de explotación del hombre por hombre, para conseguir sus bienes y dones, sin importar la salud, ni males que afectan a la clase más necesitada. Los trabajadores de todos los tiempos y todos lugares del planeta le han servido a los poderosos, a los ricos, ellos son los dueños del mundo, y se lo merecen todo. La falta de conciencia es un mal que afecta a esta clase social, no le importa los problemas que afectan a la clase pobre del planeta.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos están por el autor están: descripción, metáforas, hipérboles, paradojas:
DESCRIPCIÓN:
Paso a paso, con los brazos sobre el pecho, encorvado para no perder calor, el peón empezó a cruzar la sabana. Don Pío lo veía de espaldas. Una mujer se deslizó por la galería y se puso junto a don Pío.
HIPÉRBOLES:
Tenía que responder, pero la lengua le pesaba.
Cristino se sujetaba el pecho con los dos brazos descarnados
La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes
METÁFORAS:
Cristino extendió una mano amarilla, que le temblaba.
Vestía una camisa de listado sucia y de tela tan delgada que no le abrigaba.
Cristino se había quitado el sombrero, y el pelo abundante, largo y negro le caía sobre el pescuezo. La barba escasa parecía ensuciarle el rostro, de pómulos salientes
PARADOJA:
Si se mejora, vuelva.
-Ello sí, don -dijo-: voy a dir. Deje que se me pase el frío.
-Con el sol se le quita. Hágame el favor, Cristino. Mire que esa vaca se me va y puedo perder el becerro.
Punto de Vista del Narrador:
El punto de vista del narrador es tercera persona.
Personajes:
Don Pío (amo), Cristino (peón) y Herminia (esposa de Don Pío)
Nivel de lenguaje empleado:
El nivel de lenguaje empleado por el autor es sociocultural, perteneciente a la clase campesina.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Aguaita o Aguaitar: Ponerse en cuclillas, acechar.
Arrea o Arrear: Estimular a las bestias para que echen a andar para que aviven el paso.
Arrímese o Arrimarse: Acercar o poner una cosa junto a otra.
Calentura: Fiebre, temperatura alta.
Cantarina: Aficionado a cantar
Correteaba o Corretear: Correr un niño de un lado a otro. Perseguir a una persona.
Descarnados o Descarnar: Quitar la carne adherida al hueso o piel.
Fieltro: Especie de paño no tejido que resulta de prensar borra, lana o pelo.
Tisana: Bebida medicinal que resulta del cocimiento ligero de una o varias hierbas.
Pómulos: Hueso y prominencia de cada una de las mejillas.
Pescuezo: Parte del cuerpo animal o humano desde la nuca hasta el tronco.
Peón o peones: Obrero que realiza trabajos no especializados o trabaja como ayudante algunos oficios.
Setos: Cercado hecho de palos o varas entretejidas.
Resonaron o Resonar: Producir resonancia, sonar mucho.
Torpe: Que es de movimiento lento, tardo y pesado. Desmañado, falto de habilidad y destreza. Poco acertado o oportuno.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que los amos es una obra de un gran contenido social, porque retrata la situación de la explotación del hombre por hombre, propia de la República Dominicana.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento los amos resalta que la historia de la humanidad está marcada por dos clases sociales: los explotadores y los explotados. El ser humano siempre ha realizado trabajos que ningún otro ser o animal ha hecho, esclaviza a su misma especie. Estos hechos son innumerables e irrepochables en la historia universal. En todos tiempos y sociedades ha existido esta práctica que contrarresta al ser humano. Juan Bosch nos narra la historia de un personaje viejo y cansado, sin energia, enfermo, al que su amo despide por no querer gente enferma en su finca. El amo y su esposa se burlan de quien le sirvió la vida entera a cambio de nada.
funideli
ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO ¨CRÓNICA POLICIAL¨ VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN
AUTOR Y SU ÉPOCA:
Virgilio Díaz Grullón es el autor de la suspensa y dramática obra “Crónica Policial”, nació el 1 de mayo de 1924, en Santo Domingo y murió el 18 de julio de 2001.
Hijo del escritor Pablo Virgilio Díaz y Ana Virginia Grullón, cursó sus estudios primarios y secundarios en Santiago de los Caballeros, ciudad donde recibió el título de Bachiller en la antigua Escuela Normal en 1940. Se graduó como Doctor en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1946. Desempeñó también diferentes cargos públicos y en la banca privada.
En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Cuento con el libro Un día cualquiera y, ese mismo año, su cuento Edipo resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. En el año 1977 obtuvo el Premio Anual de Novela Manuel de Jesús Galván con el libro Los algarrobos también sueñan. En el año 1997 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
Fue jurado de importantes premios literarios como Siboney y Secretaría de educación (Santo Domingo) y Casa de las Américas (Cuba).
Colaboró con diversos periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Varios de sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés y portugués, apareciendo en numerosas antologías. Fue miembro de la Academia Dominicana de la Lengua. Murió en Santo Domingo el 18 de julio de 2001.
Díaz Grullón es, sin duda, el mejor escritor de cuentos sicológicos en la República Dominicana.
En el cuento psicológico, por lo general, el proceso asociativo, analítico, etc., del inconsciente es igual o tiene mayor importancia que el evento externo—es decir, el evento que se cuenta se registra subjetivamente en la mente del protagonista. Así, en el cuento psicológico, es muy común que el cuentista enfatize la vida subjetiva y emocional del protagonista. En inglés, los mayores exponentes fueron, probablemente, Katherine Mansfield (Nueva Zelandia, 1888-1933 y James Joyce (1882-1941), William Faulkner (1897-1962). En italiano, Alberto Moravia (1907-1961) y Cesare Pavese (1908-1950). En español, los mayores exponentes han sido, quizás, Eduardo Mallea, Juan Carlos Onetti, Felisberto Hernández y Mario Benedetti.
En 1959, su colección de cuentos Un día cualquiera obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En 1977 obtuvo el Premio de Novela Manuel de Jesús Galván por la novela Los algarrobos también sueñan. En 1958, su cuento «Edipo» resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.
Crónica Policial
Tan pronto llegué a la redacción del periódico aquella mañana lluviosa de junio, el director me llamó a su despacho y, sin levantar la vista de las pruebas de imprenta que tenía sobre el escritorio, me dijo:
—Hay un muerto en la calle de La Cruz Nº. 104. Ve con un fotógrafo y prepara el reportaje para la edición de esta tarde. —Bien—, respondí, y salí de inmediato a cumplir sus instrucciones, porque mi jefe es hombre de acción y no le gusta que nadie desperdicie el tiempo que paga religiosamente cada fin de mes. Como Guillermo fue el primer fotógrafo disponible que encontré, me lo llevé y tomamos juntos un taxi que nos llevó en pocos minutos al Nº. 104 de la calle de de La Cruz.
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera y con una galería estrecha en el frente que rebosaba de curiosos, empujados por ese instinto que nos impulsa a acercamos morbosamente a la tragedia.
Guillermo y yo nos abrimos paso gracias un poco a nuestra credencial de periodistas y otro a base de empellones y codazos. A través de la marejada humana, pasamos por la sala, el comedor y una pequeña terraza posterior, y desembocamos en el patio. En el centro, tirado de espaldas en el suelo, con las piernas separadas en actitud inverosímil y los brazos en cruz, estaba el muerto, rodeado por algunos agentes de la policía y dos hombres vestidos de civil que se inclinaban sobre el cuerpo yacente.
Eché una ligera ojeada sin acercarme demasiado, porque no me gusta contemplar cadáveres, y reparé en que el muerto era de edad madura y corpulento, y que vestía pantalón y camisa blancos que la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo y salpicado de manchas de fango rojizo.
Mientras Guillermo buscaba el ángulo más apropiado para fotografiar el cadáver y las personas que lo rodeaban adoptaban las posturas más convenientes, me dirigí a una señora entrada en años que observaba impasible la escena desde la terraza.
— ¿Es usted de la casa?, —le pregunté. —Si, señor... Por lo menos lo fui hace algún tiempo. — ¿Parienta del difunto?—Su hermana. —Ah, ¡caramba! lo siento mucho... Soy periodista, ¿sabe?... ¿Puede informarme algo de interés para la prensa? Me miró con un atisbo de desconfianza en los ojos, pero se le notaba que no le disgustaría ver su nombre en las columnas de un periódico.
— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.
— ¿La esposa? ¿Y ya ha sido detenida?
—No, todavía no. No sé qué espera la policía para llevársela. La tienen en su habitación, bajo custodia.
— ¿Y por que lo mato?—Es una historia larga... Mi pobre hermano siempre fue una víctima de esa mujer. Todos nosotros le aconsejamos que no se casara con ella: él le llevaba más de veinte años. Pero siempre fue terco como una mula. La mujer lo dominó desde el primer momento, y sólo veía por sus ojos. Ya en el primer mes de matrimonio comenzó a engañarlo descaradamente. Yo se lo advertí entonces porque en aquel tiempo vivía con ellos y me daba cuenta de todo... ¿Sabe lo que hizo mi hermano?:
Como yo realmente no lo sabía, se lo confesé abiertamente y entonces ella prosiguió: —Me echó de la casa... ¿Se da cuenta? —se golpeó el pecho—. A mí, a su propia hermana. No creyó una sola palabra de cuanto le dije y me llenó de insultos. Desde aquel día no había vuelto a poner los pies en esta casa hasta hoy... y ya es demasiado tarde: Arquímedes murió sin abrir los ojos. Esa malvada lo asesinó antes de que él pudiera convencerse de que era yo quien tenía la razón...Le di las gracias a la buena mujer y me separé de ella porque alcancé a ver en aquel momento a mi amigo Mario, el ayudante del Fiscal, saliendo hacia el patio desde una habitación de la casa.
— ¡Hola! Mario, ¿confesó la asesina?
-¿Que quien confesó qué?—. Mi amigo no parecía estar de muy buen humor. —La esposa del muerto— repuse. — ¿No estabas interrogándola hace un momento?—Sí, en efecto, estaba haciéndole algunas preguntas. Pero, de donde sacas que ella mató a su marido?—Pues... eso oí decir hace un momento. ¿Puedo verla?—No hay inconveniente. Esta allí, en aquella habitación. Seguí la dirección que me indicaba con la mano, y después de tocar suavemente con los nudillos en la puerta, la abrí y entré en la habitación.
Había allí dos mujeres. La más joven, sentada en una mecedora con la frente apoyada en la mano, se dejaba consolar por una señora mayor que le acariciaba el pelo.
—Perdón. Soy periodista, puedo conversar un momento con usted, señora?—, expliqué mirando a la que me parecía más afligida de las dos. Ella asintió con un movimiento de cabeza, pero la otra dijo, poniendo cara de disgusto:
—Periodista, eh? De los que les gusta meterse en vidas ajenas y averiguar cosas que no le importan, no?— Y volviéndose a la joven: —No le digas nada. Son todos unos enredadores y unos embusteros. ¡Sabe Dios que mentiras va a publicar después en el periódico!...—Pero, mamá. Déjalo que me pregunte. Yo no tengo nada que ocultar y, además, cuando sucede una desgracia como ésta, no se puede evitar la publicidad. — Y volviéndose a mí agregó: —Por favor, tome asiento. ¿Qué desea saber? Me senté en un extremo de la cama, frente a ella, pensando que era preferible iniciar el interrogatorio de manera indirecta.
—Ante todo, señora: Cuánto tiempo hacía que estaba casada con el señor Sandoval? —dos años y tres meses. —Y fue usted feliz durante su matrimonio? —Perfectamente feliz. Arquímedes fue siempre un modelo de esposo: gentil, complaciente, bondadoso... Jamás tuve motivos de queja contra él. —Y se amaban mucho ustedes? —Éramos una pareja perfecta. Jamás tuvimos disgustos y nos queríamos profundamente. No alcanzo a imaginarme...— ¿Y a qué atribuye usted la muerte de su esposo? —Ah! Pero no lo sabe?... Arquímedes se suicidó. — ¿Se suicido?... Por qué motivo?—Los negocios... Últimamente había tenido mala suerte y estaba al borde de la quiebra. Él, que había vivido siempre, si no con lujos, por lo menos acomodadamente, no pudo resistir la perspectiva de una estrechez económica. La joven bajó la cabeza y se enjugó de la mejilla algo que me pareció una lágrima. Me puse en pie, le expresé correctamente mis condolencias y me despedí.
En el umbral me alcanzó la madre y salió conmigo hacia la terraza. Tomándome de un brazo me llevó a un rincón y me dijo:
—No quería hablar delante de ella... En su estado, la pobrecita no debe enterarse bruscamente, sino más tarde y poco a poco... Pero es necesario que usted lo sepa: mi yerno no se suicidó...— ¡Ah! No? —No, Arquímedes no hubiera sido capaz de abandonar de esta manera a su mujer... Mi pobre yerno fue asesinado. — ¿Asesinado? ¿Y por quien?
La mujer bajó la voz y señaló con disimulo:
—La culpable está allí, mírela usted: es aquélla, vestida de negro. Volví la cara y eché un vistazo hacia mi primer informante, que nos miraba, ceñuda, desde la terraza.
— ¿La hermana del difunto? —pregunte asombrado. —Si. Ella misma. Ya la he denunciado al Fiscal. Está loca y siempre tuvo unos celos enfermizos de mi pobre hija... Estaba enamorada de su propio hermano... Incesto, ¿sabe?... Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa...Quedé mudo, mirando sucesivamente a ambas mujeres. Por suerte en aquel preciso instante pasó por mi lado Mario, y excusándome con la señora, me emparejé con el representante del Ministerio Público y entré en el interior de la casa en busca de la salida hacia la calle.
—Caso complicado éste, ¿verdad?—, comenté. El ayudante del fiscal se volvió hacia mí con ojos abiertos de asombro.
— ¿Complicado? ¡No, hombre! Ya tenemos al culpable casi desenmascarado. —No me digas?—, repuse, ya algo escéptico. — ¿Y quien es?—La suegra de la víctima. Es una mujer capaz de todo. No hice más que mirarla y me di cuenta de que era la única culpable. ¿No te has fijado en sus ojos? No respondí. Me hice la decisión de no pronunciar una sola palabra más dentro de aquella casa.
Guillermo me esperaba afuera, con la cámara fotográfica al hombro. Al tomar el taxi que nos conduciría de regreso a la redacción, me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara mientras mi compañero me informaba:
—Parece que ya cogieron al hombre. iA quien? —Tenía un miedo horrible de oír la respuesta, pero no pude evitar percibirla claramente: — ¿A quien va a ser...? Al asesino: un tío de la víctima... Naturalmente, no escribí el reportaje y esa misma tarde renuncié del periódico.
ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO CRÓNICA POLICIAL
VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN
Argumento:
Todo se desarrolla en la ciudad, en la redacción de un periódico, desde donde se desplazan un periodista y su camarógrafo a una modesta casa a recoger las primeras noticias del día, donde yace el cuerpo sin vida, ensangrentado de Arquímedes, comerciante. El periodista y su camarógrafo Guillermo buscan evidencias de la tragedia, al entrar en la casa, el periodista se dirige al patio, donde se encuentra el cuerpo de la victima. Al volver la cara, ve la hermana de la victima en la terraza, se desplaza hacia ella en busca de información, la cual le dice que este fue asesinado por su propia esposa, joven infiel, según esta, al cual la victima le llevaba mas de veinte años.
El periodista al ver la entrada de Mario, Agente Fiscal, dijo a este lo que había escuchado de la hermana de Arquímedes, el cual no encontró suficientes evidencias en ella. Luego de investigar a la esposa de Arquímedes, no encuentra evidencias y se dirige a la madre de esta, quien confiesa que la asesina es la hermana de la victima, el cual se encontraba enamorada de este. El periodista confiesa al fiscal lo complicado del caso, a lo que este dice que la asesina no fue más que la suegra de la victima.
Al tomar el taxi que lo conduciría de vuelta a la redacción del periódico, Guillermo, camarógrafo informa al periodista que el asesino fue el tío de la victima…
Por lo que al llegar a la redacción del periódico decide no escribir el reportaje y renunció del puesto.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en la agitada y difícil vida de un periodista investigador, reportero de un periódico, el cual se ve obligado a renunciar de su puesto de trabajo al no poder llevar la información correcta de un asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes.
Mensaje:
La honradez del periodista por no poder esclarecer y llevar la información correcta de un supuesto asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes decide renunciar de su puesto de trabajo.
Valores sociales y morales:
En esta crónica policial resaltan los problemas sociales acaecidos en todos los sectores de nuestra sociedad, como una forma del autor exponer los problemas que agobian a cada ser humano, donde se presentan problema pasionales, psicológicos y culturales en nuestra sociedad. Con esta crónica se cumple con una doble función social y de gran valor ético y moral, donde se cometen crímenes que no se sabe quién y como se han llevado a cabo, solo por la negligencia de las autoridades competente, situación vivida a cada momento en todo los estratos sociales nuestros. Solo con el solo agravante de que quien pierde la vida en un accidente de esta magnitud tiene que ser recogido del lugar de los hechos y ser llevado a patología forense, para poder esclarecer el hecho y luego a su hogar con el fin de llegar a su morada de despedida, a través de las preguntas de los presentes, como una forma de desconocimiento total de los hechos. Situación que nos sirve como una forma de ver la realidad circundante en nuestra sociedad.
Este discurso refleja todo un asesinato incubierto, que queda impugne, cuando el autor expresa con este engañoso diálogo:
— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.
Este estilo de diálogos propios de lugares donde se cometen asesinatos a personas de clase media, sin saber quien ha sido el culpable del mismo. La imagen del periodista frente al crimen, como persona que tiene que dar cuenta a los medios de comunicación de los problemas acaecidos en nuestra sociedad, presenta un obstáculo al ver que no ha podido recoger las noticias confidenciales de los familiares de la victima, ni de las autoridades presentes en el lugar, situación que se presenta cada hora y momento. De todos modos el autor de la obra nos introduce en los problemas sociales barriales más crudos a diario vivido en toda la geografía nacional de la época y de la actualidad.
Creo que estas situaciones narradas por el autor en esta magnifica crónica policial, no se pudo haber descrito sin él haber vivido esta situación, ya sea como observador o como protagonista de los hechos, crímenes que se llevan a cabo a cada momento en la sociedad que habitamos. El impacto que debió crear este discurso en la época, debió ser impresionante, al promover ideologías, que podrían estar de moda, con los problemas sociales y políticos vividos por la sociedad nuestra, donde se veían a cada momento problemas pasionales, persecuciones y crímenes de forma descabelladas. De una u otra forma existe lo que se llama asesinato incubiertos en nuestro país actualmente, aunque no existan dictaduras. Hay bastantes problemas pasionales y crímenes por donde quiera. El autor nos hace un verdadero recuento con el pasado y el presente de nuestra sociedad.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos empleados por el autor están:
Sustantivos y Adjetivos:
Por su estructura mayormente dialogada, la crónica tiene un gran valor expresivo, cargado de adjetivaciones calificativas, acompañado de sustantivos
En el esquema estructural del cuento el autor nos introduce rápidamente en el lugar de los hechos, nos lleva de una vez al problema, el autor nos guía con sus propias manos, sabe a que camino a de llevar al lector, cuando nos dice: - Hay un muerto en la calle de La Cruz No. 104. Luego va narrando linealmente a través de expresiones dialogadas con un contenido rico en adjetivaciones calificativas, propia de la narración descriptiva y así mismo nos concluye el cuento.
Figuras Literarias:
Hipérboles, diálogos, puntos suspensivos, interrogaciones, admiraciones, metáforas, paradojas, personificaciones, símil, etc.
HIPÉRBOLES:
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera
morbosamente a la tragedia
cobardemente asesinado por esa mujer.
-Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra.
me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara
Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa…
DIÁLOGOS: INTERROGACIONES, ADMIRACIONES Y PUNTOS SUSPENSIVOS.
-¿Es usted de la casa?, - le pregunté. –Si, señor…Por lo menos lo fui hace algún tiempo.- ¿Parienta del difunto? –Su hermana. –Ah, ¡caramba! lo siento mucho….Soy periodista, ¿sabe?...
METÁFORAS:
marejada humana
salpicado de manchas de fango rojizo
crónica policial
cobardemente asesinado
PARADOJA:
Arquímedes murió sin abrir los ojos.
PERSONIFICACION:
la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo
SÍMIL:
Pero siempre fue terco como una mula
Punto de Vista del Narrador:
Con una clase de Descripción Pictórica y Topográfica el narrador se postula desde un punto de vista de primera persona central.
Personajes:
El Periodista, Guillermo (el camarógrafo), Arquímedes Sandoval Guerra (victima), La Esposa de la victima, Mario (Ayudante Fiscal), La Suegra y la Hermana del difunto.
Nivel de lenguaje empleado
Psicocultural, con estilo culto o formal.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
CRÓNICA: artículo periodístico o información radiofónica o televisiva sobre temas de actualidad. Historia en que refieren los sucesos donde se observa el orden de los tiempos.
POLICIAL: Perteneciente o relativo a la policía.
CREDENCIAL: Real u otro documento que sirve para que un empleado se de posesión de su plazo, sin perjuicio de obtener luego el título correspondiente.
YACER: Estar echada o tendida.
INVEROSÍMIL: Que no tiene apariencia de verdad
FANGO: Lodo glutinoso que se forma generalmente con los sedimentos térreos en los sitios donde hay agua detenida.
MALVADA: Dicho de una persona: Muy mala, perversa, mal inclinada.
ASINTIR: Mostrar acuerdo o conformidad con lo que alguien ha propuesto o afirmado.
ENJUGAR: Quitar la humedad superficial de algo absorbiéndola con un paño, una esponja, etc.
UMBRAL: Parte inferior o escalón, por lo común de piedra y contrapuesto al dintel, en la puerta o entrada de una casa.
YERNO: Respecto de una persona, marido de su hija.
INCESTO: Relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio.
ESCÉPTICO: Que no cree o afecta no creer.
EMPAREJAR: Juntar dos personas, animales o cosas formando pareja, Poner algo a nivel con otra cosa.
MORBOSO: Que provoca reacciones mentales moralmente insanas o que es resultado de ellas.
REBOSAR: Dicho de un lugar: Estar exageradamente lleno.
EMPELLÓN: Empujón recio que se da con el cuerpo para sacar de su lugar o asiento a alguien o algo.
CONSOLAR: Aliviar la pena o aflicción de alguien.
AVERIGUAR: Buscar la verdad hasta descubrirla
REPARAR: Componer, arreglar una cosa
SALPICAR: Saltar o esparcir un liquido en gotas menudas
CORPULENTO: Que es alto y fuerte
ÁNGULO: Abertura entre dos líneas de cualquier tipo que concurren en un punto común llamado vértice
IMPACIBLE: Indiferente, imperturbable
NUDILLOS: Las articulaciones de los dedos que suelen ser prominentes cuando la mano se cierra
EMBUSTEROS: Se aplica a la persona que dice embustes o mentiras
MAREJADA: Situación de nerviosismo y excitación que se da en un grupo de personas y se manifiesta con un gran alboroto de voces.
TERCO: Pertinaz, que no cambia de actitud o parecer aunque haya argumentos convincentes en su contra.
CEÑUDA: Que arruga el ceño.
CEÑO: Gesto de enfado, concentración o preocupación que consiste arrugar la frente y juntar las cejas.
ATISBAR: Mirar, observar con cuidado, recatadamente.
ATISBO: Acción de atisbar.
funideli
Virgilio Díaz Grullón es el autor de la suspensa y dramática obra “Crónica Policial”, nació el 1 de mayo de 1924, en Santo Domingo y murió el 18 de julio de 2001.
Hijo del escritor Pablo Virgilio Díaz y Ana Virginia Grullón, cursó sus estudios primarios y secundarios en Santiago de los Caballeros, ciudad donde recibió el título de Bachiller en la antigua Escuela Normal en 1940. Se graduó como Doctor en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1946. Desempeñó también diferentes cargos públicos y en la banca privada.
En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Cuento con el libro Un día cualquiera y, ese mismo año, su cuento Edipo resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. En el año 1977 obtuvo el Premio Anual de Novela Manuel de Jesús Galván con el libro Los algarrobos también sueñan. En el año 1997 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
Fue jurado de importantes premios literarios como Siboney y Secretaría de educación (Santo Domingo) y Casa de las Américas (Cuba).
Colaboró con diversos periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Varios de sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés y portugués, apareciendo en numerosas antologías. Fue miembro de la Academia Dominicana de la Lengua. Murió en Santo Domingo el 18 de julio de 2001.
Díaz Grullón es, sin duda, el mejor escritor de cuentos sicológicos en la República Dominicana.
En el cuento psicológico, por lo general, el proceso asociativo, analítico, etc., del inconsciente es igual o tiene mayor importancia que el evento externo—es decir, el evento que se cuenta se registra subjetivamente en la mente del protagonista. Así, en el cuento psicológico, es muy común que el cuentista enfatize la vida subjetiva y emocional del protagonista. En inglés, los mayores exponentes fueron, probablemente, Katherine Mansfield (Nueva Zelandia, 1888-1933 y James Joyce (1882-1941), William Faulkner (1897-1962). En italiano, Alberto Moravia (1907-1961) y Cesare Pavese (1908-1950). En español, los mayores exponentes han sido, quizás, Eduardo Mallea, Juan Carlos Onetti, Felisberto Hernández y Mario Benedetti.
En 1959, su colección de cuentos Un día cualquiera obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En 1977 obtuvo el Premio de Novela Manuel de Jesús Galván por la novela Los algarrobos también sueñan. En 1958, su cuento «Edipo» resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.
Crónica Policial
Tan pronto llegué a la redacción del periódico aquella mañana lluviosa de junio, el director me llamó a su despacho y, sin levantar la vista de las pruebas de imprenta que tenía sobre el escritorio, me dijo:
—Hay un muerto en la calle de La Cruz Nº. 104. Ve con un fotógrafo y prepara el reportaje para la edición de esta tarde. —Bien—, respondí, y salí de inmediato a cumplir sus instrucciones, porque mi jefe es hombre de acción y no le gusta que nadie desperdicie el tiempo que paga religiosamente cada fin de mes. Como Guillermo fue el primer fotógrafo disponible que encontré, me lo llevé y tomamos juntos un taxi que nos llevó en pocos minutos al Nº. 104 de la calle de de La Cruz.
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera y con una galería estrecha en el frente que rebosaba de curiosos, empujados por ese instinto que nos impulsa a acercamos morbosamente a la tragedia.
Guillermo y yo nos abrimos paso gracias un poco a nuestra credencial de periodistas y otro a base de empellones y codazos. A través de la marejada humana, pasamos por la sala, el comedor y una pequeña terraza posterior, y desembocamos en el patio. En el centro, tirado de espaldas en el suelo, con las piernas separadas en actitud inverosímil y los brazos en cruz, estaba el muerto, rodeado por algunos agentes de la policía y dos hombres vestidos de civil que se inclinaban sobre el cuerpo yacente.
Eché una ligera ojeada sin acercarme demasiado, porque no me gusta contemplar cadáveres, y reparé en que el muerto era de edad madura y corpulento, y que vestía pantalón y camisa blancos que la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo y salpicado de manchas de fango rojizo.
Mientras Guillermo buscaba el ángulo más apropiado para fotografiar el cadáver y las personas que lo rodeaban adoptaban las posturas más convenientes, me dirigí a una señora entrada en años que observaba impasible la escena desde la terraza.
— ¿Es usted de la casa?, —le pregunté. —Si, señor... Por lo menos lo fui hace algún tiempo. — ¿Parienta del difunto?—Su hermana. —Ah, ¡caramba! lo siento mucho... Soy periodista, ¿sabe?... ¿Puede informarme algo de interés para la prensa? Me miró con un atisbo de desconfianza en los ojos, pero se le notaba que no le disgustaría ver su nombre en las columnas de un periódico.
— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.
— ¿La esposa? ¿Y ya ha sido detenida?
—No, todavía no. No sé qué espera la policía para llevársela. La tienen en su habitación, bajo custodia.
— ¿Y por que lo mato?—Es una historia larga... Mi pobre hermano siempre fue una víctima de esa mujer. Todos nosotros le aconsejamos que no se casara con ella: él le llevaba más de veinte años. Pero siempre fue terco como una mula. La mujer lo dominó desde el primer momento, y sólo veía por sus ojos. Ya en el primer mes de matrimonio comenzó a engañarlo descaradamente. Yo se lo advertí entonces porque en aquel tiempo vivía con ellos y me daba cuenta de todo... ¿Sabe lo que hizo mi hermano?:
Como yo realmente no lo sabía, se lo confesé abiertamente y entonces ella prosiguió: —Me echó de la casa... ¿Se da cuenta? —se golpeó el pecho—. A mí, a su propia hermana. No creyó una sola palabra de cuanto le dije y me llenó de insultos. Desde aquel día no había vuelto a poner los pies en esta casa hasta hoy... y ya es demasiado tarde: Arquímedes murió sin abrir los ojos. Esa malvada lo asesinó antes de que él pudiera convencerse de que era yo quien tenía la razón...Le di las gracias a la buena mujer y me separé de ella porque alcancé a ver en aquel momento a mi amigo Mario, el ayudante del Fiscal, saliendo hacia el patio desde una habitación de la casa.
— ¡Hola! Mario, ¿confesó la asesina?
-¿Que quien confesó qué?—. Mi amigo no parecía estar de muy buen humor. —La esposa del muerto— repuse. — ¿No estabas interrogándola hace un momento?—Sí, en efecto, estaba haciéndole algunas preguntas. Pero, de donde sacas que ella mató a su marido?—Pues... eso oí decir hace un momento. ¿Puedo verla?—No hay inconveniente. Esta allí, en aquella habitación. Seguí la dirección que me indicaba con la mano, y después de tocar suavemente con los nudillos en la puerta, la abrí y entré en la habitación.
Había allí dos mujeres. La más joven, sentada en una mecedora con la frente apoyada en la mano, se dejaba consolar por una señora mayor que le acariciaba el pelo.
—Perdón. Soy periodista, puedo conversar un momento con usted, señora?—, expliqué mirando a la que me parecía más afligida de las dos. Ella asintió con un movimiento de cabeza, pero la otra dijo, poniendo cara de disgusto:
—Periodista, eh? De los que les gusta meterse en vidas ajenas y averiguar cosas que no le importan, no?— Y volviéndose a la joven: —No le digas nada. Son todos unos enredadores y unos embusteros. ¡Sabe Dios que mentiras va a publicar después en el periódico!...—Pero, mamá. Déjalo que me pregunte. Yo no tengo nada que ocultar y, además, cuando sucede una desgracia como ésta, no se puede evitar la publicidad. — Y volviéndose a mí agregó: —Por favor, tome asiento. ¿Qué desea saber? Me senté en un extremo de la cama, frente a ella, pensando que era preferible iniciar el interrogatorio de manera indirecta.
—Ante todo, señora: Cuánto tiempo hacía que estaba casada con el señor Sandoval? —dos años y tres meses. —Y fue usted feliz durante su matrimonio? —Perfectamente feliz. Arquímedes fue siempre un modelo de esposo: gentil, complaciente, bondadoso... Jamás tuve motivos de queja contra él. —Y se amaban mucho ustedes? —Éramos una pareja perfecta. Jamás tuvimos disgustos y nos queríamos profundamente. No alcanzo a imaginarme...— ¿Y a qué atribuye usted la muerte de su esposo? —Ah! Pero no lo sabe?... Arquímedes se suicidó. — ¿Se suicido?... Por qué motivo?—Los negocios... Últimamente había tenido mala suerte y estaba al borde de la quiebra. Él, que había vivido siempre, si no con lujos, por lo menos acomodadamente, no pudo resistir la perspectiva de una estrechez económica. La joven bajó la cabeza y se enjugó de la mejilla algo que me pareció una lágrima. Me puse en pie, le expresé correctamente mis condolencias y me despedí.
En el umbral me alcanzó la madre y salió conmigo hacia la terraza. Tomándome de un brazo me llevó a un rincón y me dijo:
—No quería hablar delante de ella... En su estado, la pobrecita no debe enterarse bruscamente, sino más tarde y poco a poco... Pero es necesario que usted lo sepa: mi yerno no se suicidó...— ¡Ah! No? —No, Arquímedes no hubiera sido capaz de abandonar de esta manera a su mujer... Mi pobre yerno fue asesinado. — ¿Asesinado? ¿Y por quien?
La mujer bajó la voz y señaló con disimulo:
—La culpable está allí, mírela usted: es aquélla, vestida de negro. Volví la cara y eché un vistazo hacia mi primer informante, que nos miraba, ceñuda, desde la terraza.
— ¿La hermana del difunto? —pregunte asombrado. —Si. Ella misma. Ya la he denunciado al Fiscal. Está loca y siempre tuvo unos celos enfermizos de mi pobre hija... Estaba enamorada de su propio hermano... Incesto, ¿sabe?... Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa...Quedé mudo, mirando sucesivamente a ambas mujeres. Por suerte en aquel preciso instante pasó por mi lado Mario, y excusándome con la señora, me emparejé con el representante del Ministerio Público y entré en el interior de la casa en busca de la salida hacia la calle.
—Caso complicado éste, ¿verdad?—, comenté. El ayudante del fiscal se volvió hacia mí con ojos abiertos de asombro.
— ¿Complicado? ¡No, hombre! Ya tenemos al culpable casi desenmascarado. —No me digas?—, repuse, ya algo escéptico. — ¿Y quien es?—La suegra de la víctima. Es una mujer capaz de todo. No hice más que mirarla y me di cuenta de que era la única culpable. ¿No te has fijado en sus ojos? No respondí. Me hice la decisión de no pronunciar una sola palabra más dentro de aquella casa.
Guillermo me esperaba afuera, con la cámara fotográfica al hombro. Al tomar el taxi que nos conduciría de regreso a la redacción, me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara mientras mi compañero me informaba:
—Parece que ya cogieron al hombre. iA quien? —Tenía un miedo horrible de oír la respuesta, pero no pude evitar percibirla claramente: — ¿A quien va a ser...? Al asesino: un tío de la víctima... Naturalmente, no escribí el reportaje y esa misma tarde renuncié del periódico.
ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO CRÓNICA POLICIAL
VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN
Argumento:
Todo se desarrolla en la ciudad, en la redacción de un periódico, desde donde se desplazan un periodista y su camarógrafo a una modesta casa a recoger las primeras noticias del día, donde yace el cuerpo sin vida, ensangrentado de Arquímedes, comerciante. El periodista y su camarógrafo Guillermo buscan evidencias de la tragedia, al entrar en la casa, el periodista se dirige al patio, donde se encuentra el cuerpo de la victima. Al volver la cara, ve la hermana de la victima en la terraza, se desplaza hacia ella en busca de información, la cual le dice que este fue asesinado por su propia esposa, joven infiel, según esta, al cual la victima le llevaba mas de veinte años.
El periodista al ver la entrada de Mario, Agente Fiscal, dijo a este lo que había escuchado de la hermana de Arquímedes, el cual no encontró suficientes evidencias en ella. Luego de investigar a la esposa de Arquímedes, no encuentra evidencias y se dirige a la madre de esta, quien confiesa que la asesina es la hermana de la victima, el cual se encontraba enamorada de este. El periodista confiesa al fiscal lo complicado del caso, a lo que este dice que la asesina no fue más que la suegra de la victima.
Al tomar el taxi que lo conduciría de vuelta a la redacción del periódico, Guillermo, camarógrafo informa al periodista que el asesino fue el tío de la victima…
Por lo que al llegar a la redacción del periódico decide no escribir el reportaje y renunció del puesto.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en la agitada y difícil vida de un periodista investigador, reportero de un periódico, el cual se ve obligado a renunciar de su puesto de trabajo al no poder llevar la información correcta de un asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes.
Mensaje:
La honradez del periodista por no poder esclarecer y llevar la información correcta de un supuesto asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes decide renunciar de su puesto de trabajo.
Valores sociales y morales:
En esta crónica policial resaltan los problemas sociales acaecidos en todos los sectores de nuestra sociedad, como una forma del autor exponer los problemas que agobian a cada ser humano, donde se presentan problema pasionales, psicológicos y culturales en nuestra sociedad. Con esta crónica se cumple con una doble función social y de gran valor ético y moral, donde se cometen crímenes que no se sabe quién y como se han llevado a cabo, solo por la negligencia de las autoridades competente, situación vivida a cada momento en todo los estratos sociales nuestros. Solo con el solo agravante de que quien pierde la vida en un accidente de esta magnitud tiene que ser recogido del lugar de los hechos y ser llevado a patología forense, para poder esclarecer el hecho y luego a su hogar con el fin de llegar a su morada de despedida, a través de las preguntas de los presentes, como una forma de desconocimiento total de los hechos. Situación que nos sirve como una forma de ver la realidad circundante en nuestra sociedad.
Este discurso refleja todo un asesinato incubierto, que queda impugne, cuando el autor expresa con este engañoso diálogo:
— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.
Este estilo de diálogos propios de lugares donde se cometen asesinatos a personas de clase media, sin saber quien ha sido el culpable del mismo. La imagen del periodista frente al crimen, como persona que tiene que dar cuenta a los medios de comunicación de los problemas acaecidos en nuestra sociedad, presenta un obstáculo al ver que no ha podido recoger las noticias confidenciales de los familiares de la victima, ni de las autoridades presentes en el lugar, situación que se presenta cada hora y momento. De todos modos el autor de la obra nos introduce en los problemas sociales barriales más crudos a diario vivido en toda la geografía nacional de la época y de la actualidad.
Creo que estas situaciones narradas por el autor en esta magnifica crónica policial, no se pudo haber descrito sin él haber vivido esta situación, ya sea como observador o como protagonista de los hechos, crímenes que se llevan a cabo a cada momento en la sociedad que habitamos. El impacto que debió crear este discurso en la época, debió ser impresionante, al promover ideologías, que podrían estar de moda, con los problemas sociales y políticos vividos por la sociedad nuestra, donde se veían a cada momento problemas pasionales, persecuciones y crímenes de forma descabelladas. De una u otra forma existe lo que se llama asesinato incubiertos en nuestro país actualmente, aunque no existan dictaduras. Hay bastantes problemas pasionales y crímenes por donde quiera. El autor nos hace un verdadero recuento con el pasado y el presente de nuestra sociedad.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos empleados por el autor están:
Sustantivos y Adjetivos:
Por su estructura mayormente dialogada, la crónica tiene un gran valor expresivo, cargado de adjetivaciones calificativas, acompañado de sustantivos
En el esquema estructural del cuento el autor nos introduce rápidamente en el lugar de los hechos, nos lleva de una vez al problema, el autor nos guía con sus propias manos, sabe a que camino a de llevar al lector, cuando nos dice: - Hay un muerto en la calle de La Cruz No. 104. Luego va narrando linealmente a través de expresiones dialogadas con un contenido rico en adjetivaciones calificativas, propia de la narración descriptiva y así mismo nos concluye el cuento.
Figuras Literarias:
Hipérboles, diálogos, puntos suspensivos, interrogaciones, admiraciones, metáforas, paradojas, personificaciones, símil, etc.
HIPÉRBOLES:
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera
morbosamente a la tragedia
cobardemente asesinado por esa mujer.
-Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra.
me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara
Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa…
DIÁLOGOS: INTERROGACIONES, ADMIRACIONES Y PUNTOS SUSPENSIVOS.
-¿Es usted de la casa?, - le pregunté. –Si, señor…Por lo menos lo fui hace algún tiempo.- ¿Parienta del difunto? –Su hermana. –Ah, ¡caramba! lo siento mucho….Soy periodista, ¿sabe?...
METÁFORAS:
marejada humana
salpicado de manchas de fango rojizo
crónica policial
cobardemente asesinado
PARADOJA:
Arquímedes murió sin abrir los ojos.
PERSONIFICACION:
la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo
SÍMIL:
Pero siempre fue terco como una mula
Punto de Vista del Narrador:
Con una clase de Descripción Pictórica y Topográfica el narrador se postula desde un punto de vista de primera persona central.
Personajes:
El Periodista, Guillermo (el camarógrafo), Arquímedes Sandoval Guerra (victima), La Esposa de la victima, Mario (Ayudante Fiscal), La Suegra y la Hermana del difunto.
Nivel de lenguaje empleado
Psicocultural, con estilo culto o formal.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
CRÓNICA: artículo periodístico o información radiofónica o televisiva sobre temas de actualidad. Historia en que refieren los sucesos donde se observa el orden de los tiempos.
POLICIAL: Perteneciente o relativo a la policía.
CREDENCIAL: Real u otro documento que sirve para que un empleado se de posesión de su plazo, sin perjuicio de obtener luego el título correspondiente.
YACER: Estar echada o tendida.
INVEROSÍMIL: Que no tiene apariencia de verdad
FANGO: Lodo glutinoso que se forma generalmente con los sedimentos térreos en los sitios donde hay agua detenida.
MALVADA: Dicho de una persona: Muy mala, perversa, mal inclinada.
ASINTIR: Mostrar acuerdo o conformidad con lo que alguien ha propuesto o afirmado.
ENJUGAR: Quitar la humedad superficial de algo absorbiéndola con un paño, una esponja, etc.
UMBRAL: Parte inferior o escalón, por lo común de piedra y contrapuesto al dintel, en la puerta o entrada de una casa.
YERNO: Respecto de una persona, marido de su hija.
INCESTO: Relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio.
ESCÉPTICO: Que no cree o afecta no creer.
EMPAREJAR: Juntar dos personas, animales o cosas formando pareja, Poner algo a nivel con otra cosa.
MORBOSO: Que provoca reacciones mentales moralmente insanas o que es resultado de ellas.
REBOSAR: Dicho de un lugar: Estar exageradamente lleno.
EMPELLÓN: Empujón recio que se da con el cuerpo para sacar de su lugar o asiento a alguien o algo.
CONSOLAR: Aliviar la pena o aflicción de alguien.
AVERIGUAR: Buscar la verdad hasta descubrirla
REPARAR: Componer, arreglar una cosa
SALPICAR: Saltar o esparcir un liquido en gotas menudas
CORPULENTO: Que es alto y fuerte
ÁNGULO: Abertura entre dos líneas de cualquier tipo que concurren en un punto común llamado vértice
IMPACIBLE: Indiferente, imperturbable
NUDILLOS: Las articulaciones de los dedos que suelen ser prominentes cuando la mano se cierra
EMBUSTEROS: Se aplica a la persona que dice embustes o mentiras
MAREJADA: Situación de nerviosismo y excitación que se da en un grupo de personas y se manifiesta con un gran alboroto de voces.
TERCO: Pertinaz, que no cambia de actitud o parecer aunque haya argumentos convincentes en su contra.
CEÑUDA: Que arruga el ceño.
CEÑO: Gesto de enfado, concentración o preocupación que consiste arrugar la frente y juntar las cejas.
ATISBAR: Mirar, observar con cuidado, recatadamente.
ATISBO: Acción de atisbar.
funideli
ANÁLISIS LITERARIO DE ¨LA MANCHA INDELEBLE¨ DE JUAN BOSCH
La mancha indeleble
Juan Bosch
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban adosadas a la pared de enfrente. Seguramente en esas vitrinas no entraba aire contaminado, pues las cabezas se conservaban en forma admirable, casi como si estuvieran vivas, aunque les faltaba el flujo de la sangre bajo la piel. Debo confesar que el espectáculo me produjo un miedo súbito e intenso. Durante cierto tiempo me sentí paralizado por el terror. Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar, yo estaba allí: había pasado el umbral y tenía que entregar mi cabeza. Nadie podría evitarme esa macabra experiencia.
La situación era en verdad aterradora. Parecía que no había distancia entre la vida que había dejado atrás, del otro lado de la puerta, y la que iba a iniciar en ese momento. Físicamente, la distancia sería de tres metros, tal vez de cuatro.
Sin embargo lo que veía indicaba que la separación entre lo que fui y lo que sería no podía medirse en términos humanos.
-Entregue su cabeza -dijo una voz suave.
-¿La mía? -pregunté, con tanto miedo que a duras penas me oía a mí mismo.
-Claro -¿Cuál va a ser?
A pesar de que no era autoritaria, la voz llenaba todo el salón y resonaba entre las paredes, que se cubrían con lujosos tapices. Yo no podía saber de dónde salía. Tenía la impresión de que todo lo que veía estaba hablando a un tiempo: el piso de mármol negro y blanco, la alfombra roja que iba de la escalinata a la gran mesa del recibidor, y la alfombra similar que cruzaba a todo lo largo por el centro; las grandes columnas de mayólica, las cornisas de cubos dorados, las dos enormes lámparas colgantes de cristal de Bohemia. Sólo sabía a ciencia cierta que ninguna de las innumerables cabezas de las vitrinas había emitido el menor sonido.
Tal vez con el deseo inconsciente de ganar tiempo, pregunté.
-¿Y cómo me la quito?
-Sujétela fuertemente con las dos manos, apoyando los pulgares en las curvas de la quijada; tire hacia arriba y verá con qué facilidad sale. Colóquela después sobre la mesa.
Si se hubiera tratado de una pesadilla me habría explicado la orden y mi situación. Pero no era una pesadilla. Eso estaba sucediéndome en pleno estado de lucidez, mientras me hallaba de pie y solitario en medio de un lujoso salón. No se veía una silla, y como temblaba de arriba abajo debido al frío mortal que se había desatado en mis venas, necesitaba sentarme o agarrarme de algo. Al fin apoyé las dos manos en la mesa.
-¿No ha oído o no ha comprendido? -dijo la voz.
Ya dije que la voz no era autoritaria sino suave. Tal vez por eso me parecía tan terrible. Resulta aterrador oír la orden de quitarse la cabeza dicha con tono normal, más bien tranquilo. Estaba seguro de que el dueño de esa voz había repetido la orden tantas veces que ya no le daba la menor importancia a lo que decía.
Al fin logré hablar.
-Sí, he oído y he comprendido -dije-. Pero no puedo despojarme de mi cabeza así como así. Deme algún tiempo para pensarlo. Comprenda que ella está llena de mis ideas, de mis recuerdos. Es el resumen de mi propia vida. Además, si me quedo sin ella, ¿con qué voy a pensar?
La parrafada no me salió de golpe. Me ahogaba. Dos veces tuve que parar para tomar aire. Callé, y me pareció que la voz emitía un ligero gruñido, como de risa burlona.
-Aquí no tiene que pensar. Pensaremos por usted. En cuanto a sus recuerdos, no va a necesitarlos más: va a empezar una nueva vida.
-¿Vida sin relación conmigo mismo, si mis ideas, sin emociones propias? -pregunté.
Instintivamente miré hacia la puerta por donde había entrado. Estaba cerrada. Volví los ojos a los dos extremos del gran salón. Había también puertas en esos extremos, pero ninguna estaba abierta.
El espacio era largo y de techo alto, lo cual me hizo sentirme tan desamparado como un niño perdido en una gran ciudad. No había la menor señal de vida. Sólo yo me hallaba en ese salón imponente.
Peor aún: estábamos la voz y yo. Pero la voz no era humana, no podía relacionarse con un ser de carne y hueso. Me hallaba bajo la impresión de que miles de ojos malignos, también sin vida, estaban mirándome desde las paredes, y de que millones de seres minúsculos e invisibles acechaban mi pensamiento.
-Por favor, no nos haga perder tiempo, que hay otros en turno -dijo la voz.
No es fácil explicar lo que esas palabras significaron para mí. Sentí que alguien iba a entrar, que ya no estaría más tiempo solo, y volví la cara hacia la puerta. No me había equivocado; una mano sujetaba el borde de la gran hoja de madera brillante y la empujaba hacia adentro, y un pie se posaba en el umbral. Por la abertura de la puerta se advertía que afuera había poca luz. Sin duda era la hora indecisa entre el día que muere y la que todavía no ha cerrado.
En medio de mi terror actué como un autómata. Me lancé impetuosamente hacia la puerta, empujé al que entraba y salté a la calle. Me di cuenta de que alguna gente se alarmó al verme correr; tal vez pensaron que había robado o había sido sorprendido en el momento de robar. Comprendía que llevaba el rostro pálido y los ojos desorbitados, y de haber habido por allí un policía, me hubiera perseguido. De todas maneras, no me importaba. Mi necesidad de huir era imperiosa, y huía como loco.
Durante una semana no me atreví a salir de casa. Oía día y noche la voz y veía en todas partes los millares de ojos sin vida y los centenares de cabezas sin cuerpo. Pero en la octava noche, aliviado de mi miedo, me arriesgué a ir a la esquina, a un cafetucho de mala muerte, visitado siempre por gente extraña. Al lado de la mesa que ocupé había otra vacía. A poco, dos hombres se sentaron en ella. Uno tenía los ojos sombríos; me miró con intensidad y luego dijo al otro:
-Ese fue el que huyó después que estaba...
Yo tomaba en ese momento una taza de café. Me temblaron las manos con tanta violencia que un poco de la bebida se me derramó en la camisa.
Mi mal es que no tengo otra camisa ni manera de adquirir una nueva. Mientras me esfuerzo en hacer desaparecer la mancha oigo sin cesar las últimas palabras del hombre de los ojos sombríos:
-Después que ya estaba inscrito.
El miedo me hace sudar frío. Y yo sé que no podré librarme de este miedo; que lo sentiré ante cualquier desconocido. Pues en verdad ignoro si los dos hombres eran miembros o eran enemigos del Partido.
Ahora estoy en casa, tratando de lavar la camisa. Para el caso, he usado jabón, cepillo y un producto químico especial que hallé en el baño. La mancha no se va. Está ahí, indeleble. Al contrario, me parece que a cada esfuerzo por borrarla se destaca más.
FIN
El autor y su época
Juan Bosch es el autor de este importantísimo y controversial cuento, escrito en el exilio, en 1960, “La mancha indeleble”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Argumento:
Todo se desarrolla en un lujoso salón, donde varias personas habían atravezado una enorme puerta para entregar sus cabezas y luego colocarlas en largas vitrinas pegadas a la pared, como muestra de fidelidad a ciertos Partidos. El narrador penetra por la puerta y se aterroriza, al pensar la vida que había dejado atrás y la que le tocaría vivir de ahora en adelante. De pronto una voz suave que llenaba todo el salón le gritaba que entregue su cabeza, éste le preguntaba que si la de él, la voz vuelve a gritarle que claro, que cuál va a ser. Al observar éste las innumerables cabezas sin vidas colocadas en las vitrinas, como forma de ganar tiempo, pregunta que cómo se quitaba la cabeza. Al oír las instrucciones de como quitarse la cabeza de parte de aquella voz, sintió un frio mortal, ganas de sentarse y agarrarse de algo, apoyó las manos sobre la mesa. Logró hablar, pero negandose a despojarse de su cabeza, por ser lo único que tiene para pensar, la voz sugiere que no tiene que pensar y que en cambio empesará una nueva vida. Al preguntar éste que clase de vida llevaría, miró hacia la puerta por donde había entrado y al ver que estaban cerradas, volvió los ojos al gran salón completamente cerrado y solitario. La voz no era humana y miles de ojos malignos la miraban, sin vida y le decían que por favor no le haga perder más tiempo que otros esperaban. Al sentir que alguien iba a entrar al gran salón, éste se lanzó sobre la puerta y saltó a la calle, corriendo como loco. Después de una semana oculto, salió a la calle de nuevo, aterrorizado, se sentó en una pequeña cafetería, a tomar un café, mientras dos hombres, sentados a su lado murmuraban: ese fue el que huyó después que estaba... Después que estaba inscrito... Al oir estas palabras se llenó de violencia, sudó de frío, y se le derramó el café por la camisa, luego sentado en su casa trató de lavar la camisa con jabón, cepillo y un producto químico especial, pero la mancha no se desvanece, al contrario cada esfuerzo que hace por borrarla, se destaca cada día más.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en las necesidades y problemas creados a través de una fuerza política mayoritaria que quiere absorber toda la inteligencia de una clase humilde y necesitada.
Mensaje:
El extravío de las cabezas de Bosch, hablan de una época capaz de reproducirse por si mismas, corresponden a la realidad material de lo pensado. Los partidos políticos son absorbentes de la moral y principios del pueblo, a través del tiempo, dejándonos problemas que jamás se borrarán de nuestras conciencias.
Valores morales y sociales:
En este cuento resaltan los temas políticos cuando Bosch dice: “Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas”, como una forma de expresar la gran influencia que ejercen los partidos políticos en la sociedad dominicana, y en especial en la masa más necesitada, en espera de que algún partido político asuma el poder para poder saciar sus necesidades. Pero la gran crisis surgió cuando el personaje pidió el método para poder quitarse su cabeza, terminando el cuento con la huida tempestiva del personaje sin nombre, que si aceptaba la sugerencia, no tendría identidad propia jamás, porque su cabeza pasaría a ser un objeto de estantería, cuyo valor tendría el que dieran sus aquellos personajes inhumanos que se encontraban en aquel gran salón. Los políticos buscan que las personas les dejen sus cabezas en los despachos de los partidos, para ir renunciando a sus principios, entregarles el cuerpo vacío y simbólicamente descabezado a los procesos políticos de la época.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos están por el autor están: polisíndeton, descripción, metáforas, hipérboles, símil, diálogos, interrogaciones, admiraciones y puntos suspensivos.
POLISÍNDETON:
No es fácil explicar lo que esas palabras significaron para mí. Sentí que alguien iba a entrar, que ya no estaría más tiempo solo, y volví la cara hacia la puerta. No me había equivocado; una mano sujetaba el borde de la gran hoja de madera brillante y la empujaba hacia adentro, y un pie se posaba en el umbral. Por la abertura de la puerta se advertía que afuera había poca luz. Sin duda era la hora indecisa entre el día que muere y la que todavía no ha cerrado.
DESCRIPCIÓN:
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban adosadas a la pared de enfrente
HIPÉRBOLES:
La voz llenaba todo el salón y resonaba entre las paredes
Nadie podría evitarme esa macabra experiencia
Me lancé impetuosamente hacia la puerta, empujé al que entraba y salté a la calle.
SIMIL:
El espacio era largo y de techo alto, lo cual me hizo sentirme tan desamparado como un niño perdido en una gran ciudad.
METÁFORAS:
Mi necesidad de huir era imperiosa, y huía como loco.
Pues en verdad ignoro si los dos hombres eran miembros o eran enemigos del Partido.
La mancha no se va. Está ahí, indeleble. Al contrario, me parece que a cada esfuerzo por borrarla se destaca más.
Debo confesar que el espectáculo me produjo un miedo súbito e intenso
Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar
PARADOJA:
Ya dije que la voz no era autoritaria sino suave
PERSONIFICACION:
Callé, y me pareció que la voz emitía un ligero gruñido, como de risa burlona
Punto de Vista del Narrador:
El punto de vista del narrador es primera persona
Personajes:
El narrador
Nivel de lenguaje empleado:
El nivel de lengua empleado por el autor es político social
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Indeleble: Que no se puede borrar o quitar.
Mancha: Señal que hace algo en un cuerpo ensuciándolo.
Imperiosa: Que no denota dureza o despotismo o que emplea tono de mando.
Desorbitar: Hacer que una cosa se salga de su órbita habitual.
Desorbitados:
Autómata: Que se mueve por si mismo. Máquina que imita el movimiento de un ser animado.
Umbral: Pieza o escalón que forma la parte inferior de una puerta.
Indecisa: Dícese de lo que está pendiente de resolución: asunto indeciso.
Parrafada: Párrafo largo en discurso, conversación, impresos, etc.
Gruñido: Voz del cerdo. Voz ronca, amenazadora, de algunos animales, como el perro. Sonidos inarticulados, roncos que emite una persona como señal generalmente de enfado.
Burlona: Inclinado a decir o hacer burlas. Que implica o denota burla: risa burlona.
Aterrador: Que aterriza
Bohemia: Dícese de aquellas personas, en especial escritores y artistas, de costumbres no convencionales y comportamiento inconformista respecto a las normas sociales.
Adosar: Arrimar a una cosa por su espalda o envés a otra: adosar un mueble a la pared.
Adosadas:
Súbito: Repentino, inesperado: idea súbita; cambio súbito.
Macabra: Que participa de lo terrorífico y repulsivo de la muerte.
Resonar: Producir resonancia. Tener resonancia una noticia, suceso, etc.
Resonaba:
Tapiz: Tejido grueso ornamental, con características técnicas y figurativas particulares, que sirve para cubrir el suelo pero que generalmente se cuelga de las paredes.
Tapices:
Escalinata: Escalera exterior de un solo tramo y hecha de fábrica.
Mayólica: Loza común con vidriado estannífero.
Cornisas: Coronamiento compuesto de mordeduras o cuerpo voladizo con molduras que sirve de remate a otro.
Flujo: Movimiento de las cosas liquidas o fluidas.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que la mancha indeleble es una obra de un gran contenido social, porque retrata la situación política propia de la República Dominicana.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento de Juan Bosch están el maltrato a que son sometidos los personajes de la clase más baja y necesitada de nuestro pueblo por parte de los partidos políticos, prometiéndoles villas y castillos al momento de las elecciones, pero después de estas ser pasada, se olvidan de todo las promesas. Otro valor es el sacrificio en que se ven sometidos los fanáticos de los diferentes partidos políticos, y cómo este hombre sin apenas un nombre se le escapa al ver a las rigurosidades y maltratos que iba a ser sometido por aquella voz suave, pero que nunca vio ni conoció, en lo que tuvo dentro del gran salón. Otro valor está en la moral de aquel hombre que corre por no dejarse someter a ingratitud de parte de la voz inhumana, pues después de someter a los demás, quería su cabeza, por encima de todas las cosas a lo que éste no solo se negó, sino que corrió como loco por la calle, sin importarle que le hubieran confundido con un ladrón.
En lo que se refiere a lo internacional, esto se puede repetir también en todos los países latinoamericanos, que se caracterizan por los temas políticos sociales. También en lo personal he sido testigo de varios maltratos por parte de organizaciones políticas en nuestro entorno social.
funideli
Juan Bosch
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban adosadas a la pared de enfrente. Seguramente en esas vitrinas no entraba aire contaminado, pues las cabezas se conservaban en forma admirable, casi como si estuvieran vivas, aunque les faltaba el flujo de la sangre bajo la piel. Debo confesar que el espectáculo me produjo un miedo súbito e intenso. Durante cierto tiempo me sentí paralizado por el terror. Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar, yo estaba allí: había pasado el umbral y tenía que entregar mi cabeza. Nadie podría evitarme esa macabra experiencia.
La situación era en verdad aterradora. Parecía que no había distancia entre la vida que había dejado atrás, del otro lado de la puerta, y la que iba a iniciar en ese momento. Físicamente, la distancia sería de tres metros, tal vez de cuatro.
Sin embargo lo que veía indicaba que la separación entre lo que fui y lo que sería no podía medirse en términos humanos.
-Entregue su cabeza -dijo una voz suave.
-¿La mía? -pregunté, con tanto miedo que a duras penas me oía a mí mismo.
-Claro -¿Cuál va a ser?
A pesar de que no era autoritaria, la voz llenaba todo el salón y resonaba entre las paredes, que se cubrían con lujosos tapices. Yo no podía saber de dónde salía. Tenía la impresión de que todo lo que veía estaba hablando a un tiempo: el piso de mármol negro y blanco, la alfombra roja que iba de la escalinata a la gran mesa del recibidor, y la alfombra similar que cruzaba a todo lo largo por el centro; las grandes columnas de mayólica, las cornisas de cubos dorados, las dos enormes lámparas colgantes de cristal de Bohemia. Sólo sabía a ciencia cierta que ninguna de las innumerables cabezas de las vitrinas había emitido el menor sonido.
Tal vez con el deseo inconsciente de ganar tiempo, pregunté.
-¿Y cómo me la quito?
-Sujétela fuertemente con las dos manos, apoyando los pulgares en las curvas de la quijada; tire hacia arriba y verá con qué facilidad sale. Colóquela después sobre la mesa.
Si se hubiera tratado de una pesadilla me habría explicado la orden y mi situación. Pero no era una pesadilla. Eso estaba sucediéndome en pleno estado de lucidez, mientras me hallaba de pie y solitario en medio de un lujoso salón. No se veía una silla, y como temblaba de arriba abajo debido al frío mortal que se había desatado en mis venas, necesitaba sentarme o agarrarme de algo. Al fin apoyé las dos manos en la mesa.
-¿No ha oído o no ha comprendido? -dijo la voz.
Ya dije que la voz no era autoritaria sino suave. Tal vez por eso me parecía tan terrible. Resulta aterrador oír la orden de quitarse la cabeza dicha con tono normal, más bien tranquilo. Estaba seguro de que el dueño de esa voz había repetido la orden tantas veces que ya no le daba la menor importancia a lo que decía.
Al fin logré hablar.
-Sí, he oído y he comprendido -dije-. Pero no puedo despojarme de mi cabeza así como así. Deme algún tiempo para pensarlo. Comprenda que ella está llena de mis ideas, de mis recuerdos. Es el resumen de mi propia vida. Además, si me quedo sin ella, ¿con qué voy a pensar?
La parrafada no me salió de golpe. Me ahogaba. Dos veces tuve que parar para tomar aire. Callé, y me pareció que la voz emitía un ligero gruñido, como de risa burlona.
-Aquí no tiene que pensar. Pensaremos por usted. En cuanto a sus recuerdos, no va a necesitarlos más: va a empezar una nueva vida.
-¿Vida sin relación conmigo mismo, si mis ideas, sin emociones propias? -pregunté.
Instintivamente miré hacia la puerta por donde había entrado. Estaba cerrada. Volví los ojos a los dos extremos del gran salón. Había también puertas en esos extremos, pero ninguna estaba abierta.
El espacio era largo y de techo alto, lo cual me hizo sentirme tan desamparado como un niño perdido en una gran ciudad. No había la menor señal de vida. Sólo yo me hallaba en ese salón imponente.
Peor aún: estábamos la voz y yo. Pero la voz no era humana, no podía relacionarse con un ser de carne y hueso. Me hallaba bajo la impresión de que miles de ojos malignos, también sin vida, estaban mirándome desde las paredes, y de que millones de seres minúsculos e invisibles acechaban mi pensamiento.
-Por favor, no nos haga perder tiempo, que hay otros en turno -dijo la voz.
No es fácil explicar lo que esas palabras significaron para mí. Sentí que alguien iba a entrar, que ya no estaría más tiempo solo, y volví la cara hacia la puerta. No me había equivocado; una mano sujetaba el borde de la gran hoja de madera brillante y la empujaba hacia adentro, y un pie se posaba en el umbral. Por la abertura de la puerta se advertía que afuera había poca luz. Sin duda era la hora indecisa entre el día que muere y la que todavía no ha cerrado.
En medio de mi terror actué como un autómata. Me lancé impetuosamente hacia la puerta, empujé al que entraba y salté a la calle. Me di cuenta de que alguna gente se alarmó al verme correr; tal vez pensaron que había robado o había sido sorprendido en el momento de robar. Comprendía que llevaba el rostro pálido y los ojos desorbitados, y de haber habido por allí un policía, me hubiera perseguido. De todas maneras, no me importaba. Mi necesidad de huir era imperiosa, y huía como loco.
Durante una semana no me atreví a salir de casa. Oía día y noche la voz y veía en todas partes los millares de ojos sin vida y los centenares de cabezas sin cuerpo. Pero en la octava noche, aliviado de mi miedo, me arriesgué a ir a la esquina, a un cafetucho de mala muerte, visitado siempre por gente extraña. Al lado de la mesa que ocupé había otra vacía. A poco, dos hombres se sentaron en ella. Uno tenía los ojos sombríos; me miró con intensidad y luego dijo al otro:
-Ese fue el que huyó después que estaba...
Yo tomaba en ese momento una taza de café. Me temblaron las manos con tanta violencia que un poco de la bebida se me derramó en la camisa.
Mi mal es que no tengo otra camisa ni manera de adquirir una nueva. Mientras me esfuerzo en hacer desaparecer la mancha oigo sin cesar las últimas palabras del hombre de los ojos sombríos:
-Después que ya estaba inscrito.
El miedo me hace sudar frío. Y yo sé que no podré librarme de este miedo; que lo sentiré ante cualquier desconocido. Pues en verdad ignoro si los dos hombres eran miembros o eran enemigos del Partido.
Ahora estoy en casa, tratando de lavar la camisa. Para el caso, he usado jabón, cepillo y un producto químico especial que hallé en el baño. La mancha no se va. Está ahí, indeleble. Al contrario, me parece que a cada esfuerzo por borrarla se destaca más.
FIN
El autor y su época
Juan Bosch es el autor de este importantísimo y controversial cuento, escrito en el exilio, en 1960, “La mancha indeleble”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Argumento:
Todo se desarrolla en un lujoso salón, donde varias personas habían atravezado una enorme puerta para entregar sus cabezas y luego colocarlas en largas vitrinas pegadas a la pared, como muestra de fidelidad a ciertos Partidos. El narrador penetra por la puerta y se aterroriza, al pensar la vida que había dejado atrás y la que le tocaría vivir de ahora en adelante. De pronto una voz suave que llenaba todo el salón le gritaba que entregue su cabeza, éste le preguntaba que si la de él, la voz vuelve a gritarle que claro, que cuál va a ser. Al observar éste las innumerables cabezas sin vidas colocadas en las vitrinas, como forma de ganar tiempo, pregunta que cómo se quitaba la cabeza. Al oír las instrucciones de como quitarse la cabeza de parte de aquella voz, sintió un frio mortal, ganas de sentarse y agarrarse de algo, apoyó las manos sobre la mesa. Logró hablar, pero negandose a despojarse de su cabeza, por ser lo único que tiene para pensar, la voz sugiere que no tiene que pensar y que en cambio empesará una nueva vida. Al preguntar éste que clase de vida llevaría, miró hacia la puerta por donde había entrado y al ver que estaban cerradas, volvió los ojos al gran salón completamente cerrado y solitario. La voz no era humana y miles de ojos malignos la miraban, sin vida y le decían que por favor no le haga perder más tiempo que otros esperaban. Al sentir que alguien iba a entrar al gran salón, éste se lanzó sobre la puerta y saltó a la calle, corriendo como loco. Después de una semana oculto, salió a la calle de nuevo, aterrorizado, se sentó en una pequeña cafetería, a tomar un café, mientras dos hombres, sentados a su lado murmuraban: ese fue el que huyó después que estaba... Después que estaba inscrito... Al oir estas palabras se llenó de violencia, sudó de frío, y se le derramó el café por la camisa, luego sentado en su casa trató de lavar la camisa con jabón, cepillo y un producto químico especial, pero la mancha no se desvanece, al contrario cada esfuerzo que hace por borrarla, se destaca cada día más.
Tema:
El tema de esta obra se centraliza en las necesidades y problemas creados a través de una fuerza política mayoritaria que quiere absorber toda la inteligencia de una clase humilde y necesitada.
Mensaje:
El extravío de las cabezas de Bosch, hablan de una época capaz de reproducirse por si mismas, corresponden a la realidad material de lo pensado. Los partidos políticos son absorbentes de la moral y principios del pueblo, a través del tiempo, dejándonos problemas que jamás se borrarán de nuestras conciencias.
Valores morales y sociales:
En este cuento resaltan los temas políticos cuando Bosch dice: “Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas”, como una forma de expresar la gran influencia que ejercen los partidos políticos en la sociedad dominicana, y en especial en la masa más necesitada, en espera de que algún partido político asuma el poder para poder saciar sus necesidades. Pero la gran crisis surgió cuando el personaje pidió el método para poder quitarse su cabeza, terminando el cuento con la huida tempestiva del personaje sin nombre, que si aceptaba la sugerencia, no tendría identidad propia jamás, porque su cabeza pasaría a ser un objeto de estantería, cuyo valor tendría el que dieran sus aquellos personajes inhumanos que se encontraban en aquel gran salón. Los políticos buscan que las personas les dejen sus cabezas en los despachos de los partidos, para ir renunciando a sus principios, entregarles el cuerpo vacío y simbólicamente descabezado a los procesos políticos de la época.
Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos están por el autor están: polisíndeton, descripción, metáforas, hipérboles, símil, diálogos, interrogaciones, admiraciones y puntos suspensivos.
POLISÍNDETON:
No es fácil explicar lo que esas palabras significaron para mí. Sentí que alguien iba a entrar, que ya no estaría más tiempo solo, y volví la cara hacia la puerta. No me había equivocado; una mano sujetaba el borde de la gran hoja de madera brillante y la empujaba hacia adentro, y un pie se posaba en el umbral. Por la abertura de la puerta se advertía que afuera había poca luz. Sin duda era la hora indecisa entre el día que muere y la que todavía no ha cerrado.
DESCRIPCIÓN:
Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban adosadas a la pared de enfrente
HIPÉRBOLES:
La voz llenaba todo el salón y resonaba entre las paredes
Nadie podría evitarme esa macabra experiencia
Me lancé impetuosamente hacia la puerta, empujé al que entraba y salté a la calle.
SIMIL:
El espacio era largo y de techo alto, lo cual me hizo sentirme tan desamparado como un niño perdido en una gran ciudad.
METÁFORAS:
Mi necesidad de huir era imperiosa, y huía como loco.
Pues en verdad ignoro si los dos hombres eran miembros o eran enemigos del Partido.
La mancha no se va. Está ahí, indeleble. Al contrario, me parece que a cada esfuerzo por borrarla se destaca más.
Debo confesar que el espectáculo me produjo un miedo súbito e intenso
Pero era el caso que aún incapacitado para pensar y para actuar
PARADOJA:
Ya dije que la voz no era autoritaria sino suave
PERSONIFICACION:
Callé, y me pareció que la voz emitía un ligero gruñido, como de risa burlona
Punto de Vista del Narrador:
El punto de vista del narrador es primera persona
Personajes:
El narrador
Nivel de lenguaje empleado:
El nivel de lengua empleado por el autor es político social
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Indeleble: Que no se puede borrar o quitar.
Mancha: Señal que hace algo en un cuerpo ensuciándolo.
Imperiosa: Que no denota dureza o despotismo o que emplea tono de mando.
Desorbitar: Hacer que una cosa se salga de su órbita habitual.
Desorbitados:
Autómata: Que se mueve por si mismo. Máquina que imita el movimiento de un ser animado.
Umbral: Pieza o escalón que forma la parte inferior de una puerta.
Indecisa: Dícese de lo que está pendiente de resolución: asunto indeciso.
Parrafada: Párrafo largo en discurso, conversación, impresos, etc.
Gruñido: Voz del cerdo. Voz ronca, amenazadora, de algunos animales, como el perro. Sonidos inarticulados, roncos que emite una persona como señal generalmente de enfado.
Burlona: Inclinado a decir o hacer burlas. Que implica o denota burla: risa burlona.
Aterrador: Que aterriza
Bohemia: Dícese de aquellas personas, en especial escritores y artistas, de costumbres no convencionales y comportamiento inconformista respecto a las normas sociales.
Adosar: Arrimar a una cosa por su espalda o envés a otra: adosar un mueble a la pared.
Adosadas:
Súbito: Repentino, inesperado: idea súbita; cambio súbito.
Macabra: Que participa de lo terrorífico y repulsivo de la muerte.
Resonar: Producir resonancia. Tener resonancia una noticia, suceso, etc.
Resonaba:
Tapiz: Tejido grueso ornamental, con características técnicas y figurativas particulares, que sirve para cubrir el suelo pero que generalmente se cuelga de las paredes.
Tapices:
Escalinata: Escalera exterior de un solo tramo y hecha de fábrica.
Mayólica: Loza común con vidriado estannífero.
Cornisas: Coronamiento compuesto de mordeduras o cuerpo voladizo con molduras que sirve de remate a otro.
Flujo: Movimiento de las cosas liquidas o fluidas.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que la mancha indeleble es una obra de un gran contenido social, porque retrata la situación política propia de la República Dominicana.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento de Juan Bosch están el maltrato a que son sometidos los personajes de la clase más baja y necesitada de nuestro pueblo por parte de los partidos políticos, prometiéndoles villas y castillos al momento de las elecciones, pero después de estas ser pasada, se olvidan de todo las promesas. Otro valor es el sacrificio en que se ven sometidos los fanáticos de los diferentes partidos políticos, y cómo este hombre sin apenas un nombre se le escapa al ver a las rigurosidades y maltratos que iba a ser sometido por aquella voz suave, pero que nunca vio ni conoció, en lo que tuvo dentro del gran salón. Otro valor está en la moral de aquel hombre que corre por no dejarse someter a ingratitud de parte de la voz inhumana, pues después de someter a los demás, quería su cabeza, por encima de todas las cosas a lo que éste no solo se negó, sino que corrió como loco por la calle, sin importarle que le hubieran confundido con un ladrón.
En lo que se refiere a lo internacional, esto se puede repetir también en todos los países latinoamericanos, que se caracterizan por los temas políticos sociales. También en lo personal he sido testigo de varios maltratos por parte de organizaciones políticas en nuestro entorno social.
funideli
ANÁLISIS LITERARIO DE ¨LA MUJER¨ DE JUAN BOSCH
La mujer
Juan Bosch
La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera.
Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. Cantaban y picaban; algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo aquello. Se veía que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris.
A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas. Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.
También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro. Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las cañas dieron esas techumbres por las que nunca rueda agua.
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba la carretera a quemar el cuerpo, las rodillas por lo menos, de aquella criatura desnuda y gritona.
La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.
A medida que se avanzaba crecía aquello que parecía una piedra tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se dijo: "Un becerro, sin duda, estropeado por un auto".
Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Y los cactos, los cactos coronados de aves rapaces.
Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintamente los gritos del niño.
El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.
-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!
-Pero si nadie pasó, Chepe: nadie pasó -quería ella explicar.
-¿Que no? ¡Ahora verás!
Y volvía a golpearla.
El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.
Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. Prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo.
Le dijo después que se marchara con su hijo:
-¡Te mataré si vuelves a esta casa!
La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia.
Quico tenía agua para dos días más de camino, pero la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. Chepe entró por el patio.
-¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!
Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco, transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa y las córneas estaban rojas.
Quico le llamó la atención; pero él, medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres.
El niño pequeñín comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá.
La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.
La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.
Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Quico soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin quejarse, sin hacer un esfuerzo.
La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.
La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en las coyunturas. Quería ver si alguien venía. Pero sobre la gran carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron los vientos. Y cactos embutidos en el acero.
El autor y su época
Juan Bosch es el autor de su importante y hermoso cuento “La Mujer”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Tema
El tema de esta obra se centraliza en las miserias y necesidades de una familia campesina. Tal necesidad generó la violencia del marido contra su mujer, a la cual golpea dejándola casi por muerta tirada al borde la carretera.
Argumento
Todo se desarrolla en una comunidad campesina muy pobre y aislada donde la tierra es árida y poco productiva, lo que agravaba la producción económica de los moradores de esa comarca. El marido de la mujer de nombre Chepe, sale de su casa para la loma donde tenía conucos. Al despedirse dice a su mujer, con la cual tenía un hijo, que venda la leche de cabra y le guarde el dinero para cuando regrese. Por la precariedad y la carencia de alimento para el niño, la mujer decide dar la leche como alimento al niño para no dejarlo morir de hambre. Cuando regresa chepe a los tres o cuatro días, pide a su mujer el dinero de la venta de la leche. Ésta le contestó que no lo tenía porque la leche se había cortado. Inmediatamente le entró a golpes de una manera violentísima, al extremo de golpearla con tanta rudeza y la tiró al borde de la carretera dejándola casi muerta y sangrando por boca y nariz. En esos momentos se acercaba un hombre llamado Quico, y auxilio a la mujer al verla en el estado que estaba; la llevó a la casa, y allí trató de ayudarla. Pero Chepe su marido, volvió, y al encontrarla en la casa, volvió a golpearla y a echarla de la casa. Como fue en presencia de Quico, se abalanzó contra Chepe, y tomándolo por el cuello lo asfixiaba con una fiereza tal que ya casi se moría Chepe. La mujer al ver a su marido casi muerto tomó una piedra y golpeo bruscamente a Quico en la cabeza, cayendo de rodillas y luego bruscamente al suelo donde dejaba un charco de sangre y no se movió más. Así la mujer pagó a Quico, a quien la defendió para que Chepe, su marido no la matara.
Mensaje
El sentimiento de la mujer por su marido Chepe estaba por encima de toda la circunstancia al extremo de que siendo tal maltratada, prefirió atacar a quien la defendía de la violencia de su esposo, porque estuvo a punto de ser muerto por Quico, quien defendía dicha mujer. Por tanto el mensaje podría ser: en pleito de marido y mujer, quien se entremete en ellos, saldrá perjudicado.
Los personajes
Chepe, La Mujer, El Niño y Quico.
El ambiente
Una comunidad campesina, aislada y atrasada por sus tierras desérticas.
valores morales y sociales
En este cuento de Juan Bosch saltan a la vista dos valores principales: la caridad del ser humano, que se identifica con el dolor del otro, al extremo de exponer su propia vida. El otro valor manifiesto es la ingratitud de la mujer para con quien la está defendiendo de la violencia de su marido.
También se manifiesta la insensibilidad y la falta de consciencia del marido de la mujer, quien arremete contra la misma sin antes averiguar lo que ha sucedido. Además se presentan valores negativos como la agresividad, la indolencia de la mujer, la desesperación del niño, entre otros.
Recursos lingüísticos
Entre los recursos estilísticos empleados por el autor están: descripción, metáforas, reduplicación, hipérbole.
METAFORA: La carretera está muerta, nada ni nadie la resucitará.
El Sol la mató.
HIPERBOLE: Larga, infinitamente larga la carretera.
REDUPLICACION: Candente al rojo, un rojo que se hizo…
¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre!
DESCRIPCION: …A los lados hay arbustos espinosos…pero las planicies están peladas. Pajonales a distancia y aves rapaces, cactos.
COMPARACION: La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra…
Punto de vista del narrador
El punto de vista del narrador es de testigo.
Nivel de lenguaje empleado
El nivel de lengua empleado por el autor es sociocultural.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario
CACTUS: especie de arbusto espinoso, propio de terrenos áridos.
CRISPADA: temblorosa.
ENGARFIADO: que tiene forma de garfio, que es un gancho para asir algo.
ESTOPA: especie de hierba que arde con facilidad.
FAUCES: bocas, tragaderos.
FRENETICO: lleno de ira.
PUGNANDO: actitud beligerante por hacer algo.
El mensaje
El mensaje de esta obra deja de manifiesto la denuncia de la miseria y la pobreza extrema de una comunidad olvidada donde su única fuente de manutención era la precaria agricultura y la crianza de cabras. Nos demuestra la precariedad de la tierra por la escasez de agua y la situación de enfrentamiento humano producto del poco discernimiento que la pobreza produce en su pensar y sentir. El autor muestra su sensibilidad ante tales precariedades humanas, y las que retrata de una manera impactante, dejando al lector con una sensación de amargura.
Para qué sirve la obra
Esta obra cumple una función artística de mucho significado, pues por medio del arte literario se puede crear consciencia de las situaciones humanas en cualquier orden del quehacer social. Además sirve para recordarnos un pasado, el cual nos muestra que la pobreza ha estado presente por mucho tiempo en las sociedades.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que la mujer es una obra de un gran contenido social, porque retrata una situación de la miseria propia de las regiones más pobres de nuestro país.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento de Juan Bosch están la fidelidad incondicional de la mujer a su marido, que a pesar del maltrato, lo defiende. Otro valor es el sacrificio de lo que es capaz esta mujer, que además de la miseria, soportaba la violencia de su marido. Como valor negativo está la ingratitud de parte de la mujer, pues arremete contra Quico, quien la defendía para que su marido no la matara. En cuanto a la validez del mensaje, es importante este drama para despertar consciencia en nuestras comunidades que hoy están azotadas por la violencia intrafamiliar. La similitud con relación a nuestra realidad social, se presenta esta situación hoy con tanta frecuencia que es alarmante la violencia que se ejerce contra la mujer especialmente, donde muchas caen asesinadas por su marido, ocurriendo esto a nivel nacional y en todos los niveles de la sociedad, especialmente en los más deprimidos económicamente.
En lo internacional ocurre también en los países latinoamericanos caracterizados por el subdesarrollo y la miseria arrastrada desde siglos.
En lo personal me ha tocado ser testigo en algunos casos de violencia doméstica, pero gracias a Dios no he tenido ni quiero tener la experiencia de vivir situaciones partidas.
funideli
Juan Bosch
La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató; el sol de acero, de tan candente al rojo, un rojo que se hizo blanco. Tornose luego transparente el acero blanco, y sigue ahí, sobre el lomo de la carretera.
Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. Cantaban y picaban; algunos había, sin embargo, que ni cantaban ni picaban. Fue muy largo todo aquello. Se veía que venían de lejos: sudaban, hedían. De tarde el acero blanco se volvía rojo; entonces en los ojos de los hombres que desenterraban la carretera se agitaba una hoguera pequeñita, detrás de las pupilas.
La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris.
A los lados hay arbustos espinosos. Muchas veces la vista se enferma de tanta amplitud. Pero las planicies están peladas. Pajonales, a distancia. Tal vez aves rapaces coronen cactos. Y los cactos están allá, más lejos, embutidos en el acero blanco.
También hay bohíos, casi todos bajos y hechos con barro. Algunos están pintados de blanco y no se ven bajo el sol. Sólo se destaca el techo grueso, seco, ansioso de quemarse día a día. Las cañas dieron esas techumbres por las que nunca rueda agua.
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra que hubieran dejado sobre la momia larga. Estaba allí tirada sin que la brisa le moviera los harapos. No la quemaba el sol; tan sólo sentía dolor por los gritos del niño. El niño era de bronce, pequeñín, con los ojos llenos de luz, y se agarraba a la madre tratando de tirar de ella con sus manecitas. Pronto iba la carretera a quemar el cuerpo, las rodillas por lo menos, de aquella criatura desnuda y gritona.
La casa estaba allí cerca, pero no podía verse.
A medida que se avanzaba crecía aquello que parecía una piedra tirada en medio de la gran carretera muerta. Crecía, y Quico se dijo: "Un becerro, sin duda, estropeado por un auto".
Tendió la vista: la planicie, la sabana. Una colina lejana, con pajonales, como si fuera esa colina sólo un montoncito de arena apilada por los vientos. El cauce de un río; las fauces secas de la tierra que tuvo agua mil años antes de hoy. Se resquebrajaba la planicie dorada bajo el pesado acero transparente. Y los cactos, los cactos coronados de aves rapaces.
Más cerca ya, Quico vio que era persona. Oyó distintamente los gritos del niño.
El marido le había pegado. Por la única habitación del bohío, caliente como horno, la persiguió, tirándole de los cabellos y machacándole la cabeza a puñetazos.
-¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre! ¡Te voy a matar como a una perra, desvergonsá!
-Pero si nadie pasó, Chepe: nadie pasó -quería ella explicar.
-¿Que no? ¡Ahora verás!
Y volvía a golpearla.
El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.
Todo fue porque la mujer no vendió la leche de cabra, como él se lo mandara; al volver de las lomas, cuatro días después, no halló el dinero. Ella contó que se había cortado la leche; la verdad es que la bebió el niño. Prefirió no tener unas monedas a que la criatura sufriera hambre tanto tiempo.
Le dijo después que se marchara con su hijo:
-¡Te mataré si vuelves a esta casa!
La mujer estaba tirada en el piso de tierra; sangraba mucho y nada oía. Chepe, frenético, la arrastró hasta la carretera. Y se quedó allí, como muerta, sobre el lomo de la gran momia.
Quico tenía agua para dos días más de camino, pero la gastó en rociar la frente de la mujer. La llevó hasta el bohío, dándole el brazo, y pensó en romper su camisa listada para limpiarla de sangre. Chepe entró por el patio.
-¡Te dije que no quería verte má aquí, condená!
Parece que no había visto al extraño. Aquel acero blanco, transparente, le había vuelto fiera, de seguro. El pelo era estopa y las córneas estaban rojas.
Quico le llamó la atención; pero él, medio loco, amenazó de nuevo a su víctima. Iba a pegarle ya. Entonces fue cuando se entabló la lucha entre los dos hombres.
El niño pequeñín comenzó a gritar otra vez; ahora se envolvía en la falda de su mamá.
La lucha era como una canción silenciosa. No decían palabra. Sólo se oían los gritos del muchacho y las pisadas violentas.
La mujer vio cómo Quico ahogaba a Chepe: tenía los dedos engarfiados en el pescuezo de su marido. Éste comenzó por cerrar los ojos; abría la boca y le subía la sangre al rostro.
Ella no supo qué sucedió, pero cerca, junto a la puerta, estaba la piedra; una piedra como lava, rugosa, casi negra, pesada. Sintió que le nacía una fuerza brutal. La alzó. Sonó seco el golpe. Quico soltó el pescuezo del otro, luego dobló las rodillas, después abrió los brazos con amplitud y cayó de espaldas, sin quejarse, sin hacer un esfuerzo.
La tierra del piso absorbía aquella sangre tan roja, tan abundante. Chepe veía la luz brillar en ella.
La mujer tenía las manos crispadas sobre la cara, todo el pelo suelto y los ojos pugnando por saltar. Corrió. Sentía flojedad en las coyunturas. Quería ver si alguien venía. Pero sobre la gran carretera muerta, totalmente muerta, sólo estaba el sol que la mató. Allá, al final de la planicie, la colina de arenas que amontonaron los vientos. Y cactos embutidos en el acero.
El autor y su época
Juan Bosch es el autor de su importante y hermoso cuento “La Mujer”. Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909 y falleció el 1ro. de noviembre del 2001 en Santo Domingo.
Bosch es uno de los más destacados cuentistas latinoamericanos, escribiendo varias obras de distintos géneros, como ensayos de análisis sociológicos, novela, y más que nada sus cuentos que le han merecido el crédito de ser uno de los mejores cuentistas de América. Además se ha destacado como un político de alta sensibilidad, fundando dos de las más importantes organizaciones políticas de la República Dominicana, y por medio de las cuales llegó a ser Presidente de la República.
Tema
El tema de esta obra se centraliza en las miserias y necesidades de una familia campesina. Tal necesidad generó la violencia del marido contra su mujer, a la cual golpea dejándola casi por muerta tirada al borde la carretera.
Argumento
Todo se desarrolla en una comunidad campesina muy pobre y aislada donde la tierra es árida y poco productiva, lo que agravaba la producción económica de los moradores de esa comarca. El marido de la mujer de nombre Chepe, sale de su casa para la loma donde tenía conucos. Al despedirse dice a su mujer, con la cual tenía un hijo, que venda la leche de cabra y le guarde el dinero para cuando regrese. Por la precariedad y la carencia de alimento para el niño, la mujer decide dar la leche como alimento al niño para no dejarlo morir de hambre. Cuando regresa chepe a los tres o cuatro días, pide a su mujer el dinero de la venta de la leche. Ésta le contestó que no lo tenía porque la leche se había cortado. Inmediatamente le entró a golpes de una manera violentísima, al extremo de golpearla con tanta rudeza y la tiró al borde de la carretera dejándola casi muerta y sangrando por boca y nariz. En esos momentos se acercaba un hombre llamado Quico, y auxilio a la mujer al verla en el estado que estaba; la llevó a la casa, y allí trató de ayudarla. Pero Chepe su marido, volvió, y al encontrarla en la casa, volvió a golpearla y a echarla de la casa. Como fue en presencia de Quico, se abalanzó contra Chepe, y tomándolo por el cuello lo asfixiaba con una fiereza tal que ya casi se moría Chepe. La mujer al ver a su marido casi muerto tomó una piedra y golpeo bruscamente a Quico en la cabeza, cayendo de rodillas y luego bruscamente al suelo donde dejaba un charco de sangre y no se movió más. Así la mujer pagó a Quico, a quien la defendió para que Chepe, su marido no la matara.
Mensaje
El sentimiento de la mujer por su marido Chepe estaba por encima de toda la circunstancia al extremo de que siendo tal maltratada, prefirió atacar a quien la defendía de la violencia de su esposo, porque estuvo a punto de ser muerto por Quico, quien defendía dicha mujer. Por tanto el mensaje podría ser: en pleito de marido y mujer, quien se entremete en ellos, saldrá perjudicado.
Los personajes
Chepe, La Mujer, El Niño y Quico.
El ambiente
Una comunidad campesina, aislada y atrasada por sus tierras desérticas.
valores morales y sociales
En este cuento de Juan Bosch saltan a la vista dos valores principales: la caridad del ser humano, que se identifica con el dolor del otro, al extremo de exponer su propia vida. El otro valor manifiesto es la ingratitud de la mujer para con quien la está defendiendo de la violencia de su marido.
También se manifiesta la insensibilidad y la falta de consciencia del marido de la mujer, quien arremete contra la misma sin antes averiguar lo que ha sucedido. Además se presentan valores negativos como la agresividad, la indolencia de la mujer, la desesperación del niño, entre otros.
Recursos lingüísticos
Entre los recursos estilísticos empleados por el autor están: descripción, metáforas, reduplicación, hipérbole.
METAFORA: La carretera está muerta, nada ni nadie la resucitará.
El Sol la mató.
HIPERBOLE: Larga, infinitamente larga la carretera.
REDUPLICACION: Candente al rojo, un rojo que se hizo…
¡Hija de mala madre! ¡Hija de mala madre!
DESCRIPCION: …A los lados hay arbustos espinosos…pero las planicies están peladas. Pajonales a distancia y aves rapaces, cactos.
COMPARACION: La mujer se veía, primero, como un punto negro, después, como una piedra…
Punto de vista del narrador
El punto de vista del narrador es de testigo.
Nivel de lenguaje empleado
El nivel de lengua empleado por el autor es sociocultural.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario
CACTUS: especie de arbusto espinoso, propio de terrenos áridos.
CRISPADA: temblorosa.
ENGARFIADO: que tiene forma de garfio, que es un gancho para asir algo.
ESTOPA: especie de hierba que arde con facilidad.
FAUCES: bocas, tragaderos.
FRENETICO: lleno de ira.
PUGNANDO: actitud beligerante por hacer algo.
El mensaje
El mensaje de esta obra deja de manifiesto la denuncia de la miseria y la pobreza extrema de una comunidad olvidada donde su única fuente de manutención era la precaria agricultura y la crianza de cabras. Nos demuestra la precariedad de la tierra por la escasez de agua y la situación de enfrentamiento humano producto del poco discernimiento que la pobreza produce en su pensar y sentir. El autor muestra su sensibilidad ante tales precariedades humanas, y las que retrata de una manera impactante, dejando al lector con una sensación de amargura.
Para qué sirve la obra
Esta obra cumple una función artística de mucho significado, pues por medio del arte literario se puede crear consciencia de las situaciones humanas en cualquier orden del quehacer social. Además sirve para recordarnos un pasado, el cual nos muestra que la pobreza ha estado presente por mucho tiempo en las sociedades.
Juicio valorativo de la obra, opinión resaltando los valores esenciales, la calidad del tema y validez del mensaje; similitud de la situación con relación a nuestra realidad, personal, nacional o internacional.
Como juicio valorativo puedo expresar que la mujer es una obra de un gran contenido social, porque retrata una situación de la miseria propia de las regiones más pobres de nuestro país.
Puedo opinar que los valores que más resaltan en este cuento de Juan Bosch están la fidelidad incondicional de la mujer a su marido, que a pesar del maltrato, lo defiende. Otro valor es el sacrificio de lo que es capaz esta mujer, que además de la miseria, soportaba la violencia de su marido. Como valor negativo está la ingratitud de parte de la mujer, pues arremete contra Quico, quien la defendía para que su marido no la matara. En cuanto a la validez del mensaje, es importante este drama para despertar consciencia en nuestras comunidades que hoy están azotadas por la violencia intrafamiliar. La similitud con relación a nuestra realidad social, se presenta esta situación hoy con tanta frecuencia que es alarmante la violencia que se ejerce contra la mujer especialmente, donde muchas caen asesinadas por su marido, ocurriendo esto a nivel nacional y en todos los niveles de la sociedad, especialmente en los más deprimidos económicamente.
En lo internacional ocurre también en los países latinoamericanos caracterizados por el subdesarrollo y la miseria arrastrada desde siglos.
En lo personal me ha tocado ser testigo en algunos casos de violencia doméstica, pero gracias a Dios no he tenido ni quiero tener la experiencia de vivir situaciones partidas.
funideli
ANÁLISIS LITERARIO DE ¨ELEGÍA POR LA MUERTE DE TOMÁS SANDOVAL¨ DE FRANKLIN MIESES BURGOS
Autor y su época
Franklin Mieses Burgos es el autor de la trágica y sentimental obra “Elegía por la muerte de Tomás Sandoval”, nació en la ciudad de Santo Domingo, el 4 de diciembre de 1907 y murió el 11 de diciembre de 1976. Mieses Burgos fue uno de los iniciadores del movimiento literario de su país llamado "Poesía Sorprendida". Se determina por el acendrado Surrealismo y por su posición antidictatorial, en este caso, contra el gobierno del dictador Rafael Trujillo.
Mieses Burgos fue, también, director ejecutivo del Instituto Dominicano de Cultura Hispánica y dirigió su revista, Hispaniola. Codirigió también la colección "La Isla Necesaria", la cual editó varios volúmenes de autores dominicanos.
La poesía de Franklin Mieses Burgos, está caracterizada por un profundo lirismo: a veces existencial, otras veces política... y casi siempre surrealista. Su producción poética podía dividirse en tres categorías: la hermética, donde se manifiesta la influencia surrealista; la que sigue modelos clásicos (los sonetos); y la de temas populares. La primera, creemos, contiene quizás sus mejores poemas.
Podemos citar, entre sus múltiples obras poéticas, cronológicamente, las siguientes: Torre de voces (1929 –1936), Trópico íntimo (1930 –1946), Propiedad del recuerdo (1940 – 1942), Clima de eternidad (1944), 12 sonetos y una canción a la rosa (1945 – 1947), Seis cantos para una sola muerte (1947 – 1948), El ángel destruido (1950 –1952) y Al oído de Dios (1954 – 1960). Aquí presentamos un florilegio entresacado de varios de estos libros.
En cuanto a su poesía resumir algunas de las características que se encuentran en su poesía. Escribe al estilo tradicional con la misma facilidad con que escribe de acuerdo a la vena modernista y posmodernista. Al lado de una poesía sumamente elaborada y difícil encontramos poesía de formato popular, extremadamente musical y fácil. Puede seguir los moldes métricos de los antiguos como incurrir en los del momento vanguardista, etc.
Pero lo más admirable es que, bien escriba de una u otra manera, siempre se muestra auténtico en sus metros y temas. Emplea a veces metáforas sorprendentes, hasta llegar a lo audaz. Se nota con frecuencia mucho colorido sensual como substrato de lo onírico y psíquico y surrealista. Pero sobre todo ello, sobresale su apego al trópico: el sol, la vegetación exuberante y el mar. El mar es la marca común de casi todos los poetas isleños
ELEGÍA POR LA MUERTE DE TOMÁS SANDOVAL
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
para sólo pensar desesperadamente
en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa,
o en aquella tu carne color de azúcar parda,
después que los peces hambrientos se comieron
el último paisaje de sol que había en tus ojos?
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
¡Oh príncipe mulato de la verde escafandra!
¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!
Después que la muerte dejó sobre tus sienes
una polar caricia de puñales de hielo...
Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
Por esos ojos tuyos
derramarán su llanto de alero las palomas;
la noche que te clama sin cesar desde el cielo
colgará sus crespones de sombras ateridas
sobre un mundo salobre de guitarras y lonas.
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
el alba que alumbraba por dentro de tus ojos
de terciopelo oscuro:
porque ya se habrá ido sin campanas tu vida
hacia una madrugada de sal y caracoles,
más allá de la noche liviana de las algas,
a donde -todavía-
la luna no ha podido llegar para mirarte
definitivamente dormido bajo el agua.
¡Arena y sólo arena
para el ancla caliente de tus ingles desnudas-,
para tus ojos, sombras de los corales mudos!
¡Arena y sólo arena
para enterrar tus sueños marítimos
de nubes y de gaviotas blancas,
sobre un cielo de coco nublado de sardinas!
¡Arena y sólo arena
para hundirte en tu inmenso silencio terminado
entre besos impuros de hermafroditas peces!
¡Ay! ¡Que ya no habrá más música marina de acordeones
en tu lecho de limos y pleamares eternos!
Sin un puerto posible para tu despedida,
en la noche se fueron llorando las estrellas.
Querida entre tus brazos, habrás tenido sólo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
¡Oh amante ineludible para quien la marisma
tendía el más oculto fluir de sus mareas!
¿Qué has hecho con el rostro pálido de las lunas
caídas en el fondo solitario del mar?
¿Qué has hecho con el rostro de amor de aquellas lunas?
¿Traslúcida y radiante como un cristal muy fino
deambulará tu sombra en torno de estas islas caribes que te dieron
ese estupor de cielo mojado de aguardiente?
¿Quién ahora dolido escuchará tu voz herida de violentas,
y le dará a tu gesto de varón suicida
todos los crisantemos crecidos en la tarde?
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
las verdes hojas anchas sacudidas
por tropicales ráfagas de horno,
te están diciendo adiós,
y tú no miras...
Argumento:
Todo se desarrolla en un cortejo fúnebre, donde se le hace fiel reconocimiento a un marinero que ha perdido la vida en el inmenso mar. El narrador se convierte en un observador y descriptor de las profundas aguas marinas, que junto a la flora y fauna de estas profundas aguas fueron parte de la vida de la victima. Donde empieza describiendo el profundo fondo del mar, adornado por algas, caracoles y peces y desde las profundidades, a lo lejos se observan ceibas y nardos de una forma espectacular. Todo esto se lleva a cabo por medio de exclamaciones.
Tema:
El tema de esta elegía se centraliza en la irreparable pérdida de un navegante, amigo íntimo y esposo, que se había dedicado la vida entera a navegar por grandes mares, hasta el día de su muerte, dormido un día cualquiera, cristianamente en el fondo del mar para siempre.
Mensaje.
En la elegía el autor ubica los sentimientos por encima de todas las cosas, los cuales se presentan en toda la estructura discursiva del texto, a través de comprometedoras interrogaciones y exclamaciones. El autor nos muestra cómo la entonación puede variar las estructuras de una narración a través de los signos de interrogación o admiración, los diálogos, como puede variar la apuntación, los tiempos y modos verbales y las variantes pronominales.
Valores morales y sociales:
En esta elegía resaltan los sentimientos sensitivos, como una forma del autor exponer su propia vida, frente a los problemas sociales que desde tiempo remoto han llevado al ser humano a pensar a dónde va cada ser querido después de la muerte.
Esta obra cumple con una función social y artística de un valor importante, porque por medio de estos versos se puede llegar a los sentimientos humanos en toda la sociedad dominicana y en donde quiera que exista un ambiente con situaciones similares. No obstante nos sirve como medio de llevarnos en un viaje por el pasado, como una forma de hacer presente nuestros antecedentes.
Este discurso empieza con la repetición de estos versos en la misma estrofa:
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
Es un estilo de palabras usadas en momentos difíciles, donde se pierde a un ser querido o amigo, propia de sectores y barrios de nuestra sociedad, donde se lleva a cabo alguna actividad por la perdida de algún ser querido. La imagen del mar, frente al medio ambiente escogido por el autor, nos introduce a las vivencias de la época, donde el ser humano de la época vivía en contacto con la naturaleza y en especial con el mar.
Creo que una elegía escrita con estos versos, no se podría escribir sin el autor haber vivido de una u otra forma en relación con la realidad circundante, existente en lugares y momentos propios de la vida costera de alguna región del caribe y en especial República Dominicana, por la forma de describir el nombre de los accesorios que usaba la victima. El impacto que de seguro crea este discurso en nuestra sociedad en esta época es grandioso, al promover ideologías de sentimientos nacionales y amistosos, a través de canciones recitadas, que quizás pocos poetas dominicanos habían llevado a cabo para la época.
Existe una gran similitud con nuestra sociedad actual. Esta situación se presenta con bastante frecuencia en nuestra vida sentimental, donde pierden la vida familiares, amigos y relacionados, donde muchos mueren de muerte natural, otros son victimas de crímenes, enfermedades y de igual modo otros mueren ahogados en algún lugar del mar. Esto ocurre a nivel nacional, en todos los niveles de la sociedad y muy especialmente en los estratos sociales más bajos de nuestra sociedad.
Recursos Lingüísticos:
Elegía por la muerte de Tomás Sandoval empieza con una estrofa larga, que se caracteriza por la entonación que le dan los signos de interrogaciones y admiraciones, con gran sentido metafórico apoyado en una carga semántica apoyada en un fuerte colorido sensorial. Es por esto que la principal figura literaria de esta elegía es la sinestesia, seguida de hipérboles y anáforas o repeticiones, que nos encierra en un mundo lleno de incógnitas, a través de los llantos derramados por la partida de un ser querido, que había vivido estrechamente inmerso a las saladas aguas del mar.
La cadena de la elegía empieza en su primera estrofa con signos de interrogación, acompañado de signos de admiración, que invaden toda la estructura narrativa del texto hasta el final.
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!
Estos dos versos entre signos de interrogación se repiten dos veces en la primera estrofa de la elegía, dándole ritmo y significado al texto. Su cadena prosódica empieza con /q/ de “quién”, y esa cadena se repite en los octavos y novenos versos.
En el primer verso de la segunda estrofa podemos definir el dolor causado por la partida de Tomás Sandoval, cuando el autor nos sumerge en estas palabras cargadas de hipérboles, anáforas y conjunción, cuando dice:
Por esos ojos tuyos –dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
El empleo de y dentro de versos después de la primera estrofa, puede formar cierto uso de Polisíndeton, que aunque no se puede observar como abuso de la conjunción,
adquiere cierto valor semántico y sintáctico dentro de los parámetros de la descripción hechas por el autor.
En ¡Arena y sólo arena, versos que dan inicio a las estrofas tercera, cuarta y quinta de la elegía, se pueden observar claramente el abuso de la conjunción y formando lo que se podría llamar como polisíndeton, acompañado de ciertas anáforas, hipérboles, metáforas, sinestesias, onomatopeyas, toda esta gama de figuras van encerradas en signos de admiraciones, dándole realza al significado de la elegía. Estas tres estrofas son un estribillo que forman el mensaje principal de la elegía y donde se produce un ritmo, por repetición de palabras o anáforas. Todo esto sucede con la rapidez de los adjetivos calificativos con el uso de verbos transitivos y pronominales, con el acompañamiento de grandes sentidos prosódicos que marcan el ritmo y el significado del texto.
El esquema estructural de la elegía posee nueves estrofas, que van de tres a trece versos, en su mayoría son versos largos.
En su primera estrofa el verso es de ocho silabas, /Quién ahora llorando/, nos sumerge en el fondo de un mar fantástico, cuando luego dice: te alzará desde el fondo solitario del mar. Esta amplia estrofa de trece versos termina en puntitos que son suspensos, cuando termina diciendo: una polar caricia de puñales de hielo…, y nos llevan a un desenlace, con la muerte de un ser querido.
Su segunda estrofa y la más larga de todas con diecisiete versos, es donde realmente entra el dolor, la pena, y los sentimientos, por la irreparable perdida de un ser querido
cuando el autor escribe y repite en estos versos:
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
el alba que alumbraba por dentro de tus ojos
de terciopelo oscuro:
porque ya se habrá ido sin campanas tu vida
Los dos últimos versos de esta estrofa terminan paradójicamente, para destacar la muerte, cuando el autor dice:
la luna no ha podido llegar para mirarte
definitivamente dormido bajo el agua.
Su tercera, cuarta y quinta estrofas, son exclamaciones, construidas con repeticiones o anáforas, unidas por la conjunción y en medios de los versos que dan inicio a estas estrofas. Estas conjunciones dan la característica rítmica a la elegía, formándose así lo que llamaríamos estribillos
En la séptima estrofa el autor hace alusión a la pena que embarga la viuda de la victima, cuando la consuela con estos versos sensitivos:
Querida entre tus brazos, habrás tenido sólo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
La última estrofa nos sumerge al desenlace total al unir versos con delicada y fina ironía, cuando el autor describe estos intensos versos suspensos:
te están diciendo adiós,
y no miras…
Figuras literarias: Entre las figuras literarias tenemos en primer lugar las sinestesias luego le siguen las metáforas, anáforas, hipérboles, también se desbordan dos clases de signos en la elegía, que son los signos de admiración e interrogación, que le dan realza y viveza al mismo.
Sinestesias:
Querida entre tus brazos, habrás tenido solo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
para sólo pensar desesperadamente
en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa
derramarán su llanto de alero las palomas;
la noche que te clama sin cesar desde el cielo
Prosopopeyas:
en la noche se fueron llorando las estrellas
entre besos impuros de hermafroditas peces!
para tus ojos, sombras de los caracoles mudos!
la luna no ha podido llegar para mirarte
las verdes hojas anchas sacudidas
por tropicales ráfagas de horno,
te están diciendo adiós,
Anáforas o repeticiones y polisíndeton o abusos de conjunciones:
¡Arena y sólo arena
¡Arena y sólo arena
¡Arena y sólo arena
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
Por esos ojos tuyos
de nubes y gaviotas blancas,
en tu lecho de limos y pleamares eternos!
y tú no miras…
Metáforas:
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
¿Qué has hecho con el rostro pálido de las lunas
caídas en el fondo solitario del mar?
¡Arena y sólo arena
para enterrar tus sueños marítimos
de nubes y de gaviotas blancas,
sobre un cielo de coco nublado de sardinas!
Anadiplosis:
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
Hipérbaton:
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
las verdes hojas anchas sacudidas
Punto de vista del narrador: el autor narra desde la tercera persona observadora, es un mero espectador.
Nivel de lenguaje empleado:
Sociocultural y psicológico, con un estilo poético.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Parda: Del color de la tierra, o de la piel del oso común, intermedio entre blanco y negro, con tinte rojo amarillento, lo más oscuro que el gris.
Escafandra: Aparato compuesto de una vestidura impermeable y un casco perfectamente cerrado, con un cristal frente a la cara, y orificios y tubos para remover el aire, que sirve para permanecer y trabajar debajo del agua. Dispositivo que permite al hombre permanecer en un medio diferente a la atmósfera habitable; protege de un exceso o defecto de presión, de radiaciones nocivas y suministra el oxígeno necesario para la respiración.
Nardo: Flor blanca y muy olorosa, especialmente de noche, dispuesta en espiga. Planta de jardín con el tallo sencillo y derecho y hojas largas que se prolongan como si fueran escamas, y que da esa flor.
Alero: Borde de un tejado que sobresale de la pared y sirve para desviar de ella el agua de lluvia.
Aterir: Pelarse de frío
Ateridas: Paralizado o entumecido a causa del frío.
Terciopelo: Tejido espeso y delicado, que tiene pelo muy corto y suave en la superficie. Tejido cuya superficie se presenta cubierta de fibras dispuestas perpendicularmente al mismo, formando dibujos o canales, o completamente lisa.
Ancla: Instrumento de hierro, en forma de arpón o de anzuelo, que, sujeto a una cadena, se echa desde una embarcación al fondo del mar para impedir que esta se mueva.
Ingle: Parte del cuerpo en la que se une la parte superior de la pierna con el vientre.
Hermafroditas: Se aplica al ser vivo que reúne en un mismo individuo los órganos sexuales masculinos y femeninos
Pleamares: Nivel más alto que alcanza el agua del mar durante la marea alta. Tiempo en que el nivel del agua del mar se mantiene en estas condiciones
Marisma: Terreno bajo y pantanoso que ha sido invadido por el agua del mar o de un río. Zona baja, llana o suavemente ondulada, que es invadida por el agua del mar o de los ríos, formada por arenas o limos.
Traslúcida: Se aplica al cuerpo que deja pasar la luz pero que no permite ver con nitidez a través de él
Radiante: Que brilla o emite mucha luz. Que expresa gozo o alegría.
Deambular: Ir de un lugar a otro sin un fin determinado. Andar o pasear sin objeto determinado.
Estupor: Estado de la persona que está parcialmente inconsciente debido a una disminución de la actividad de las funciones mentales y físicas y de la capacidad de respuesta a los estímulos. Asombro exagerado que impide a alguien reaccionar
Crisantemos: Flor de colores variados e intensos, con gran cantidad de pétalos; posee un tallo fuerte y largo con hojas alternas. Planta de la familia compuestas (Chrysanthemum hortorum), de jardín, de hojas alternas, verdes por el haz y blanquecinas por el envés, y cabezuelas solitarias o reunidas en corimbo, grandes y de colores variados.
Salobre: Que contiene sal. Que por su naturaleza tiene sabor de sal.
Crespón: Trozo de tela negra que se usa en señal de luto. Tela o gasa fina de textura rugosa.
funideli
Franklin Mieses Burgos es el autor de la trágica y sentimental obra “Elegía por la muerte de Tomás Sandoval”, nació en la ciudad de Santo Domingo, el 4 de diciembre de 1907 y murió el 11 de diciembre de 1976. Mieses Burgos fue uno de los iniciadores del movimiento literario de su país llamado "Poesía Sorprendida". Se determina por el acendrado Surrealismo y por su posición antidictatorial, en este caso, contra el gobierno del dictador Rafael Trujillo.
Mieses Burgos fue, también, director ejecutivo del Instituto Dominicano de Cultura Hispánica y dirigió su revista, Hispaniola. Codirigió también la colección "La Isla Necesaria", la cual editó varios volúmenes de autores dominicanos.
La poesía de Franklin Mieses Burgos, está caracterizada por un profundo lirismo: a veces existencial, otras veces política... y casi siempre surrealista. Su producción poética podía dividirse en tres categorías: la hermética, donde se manifiesta la influencia surrealista; la que sigue modelos clásicos (los sonetos); y la de temas populares. La primera, creemos, contiene quizás sus mejores poemas.
Podemos citar, entre sus múltiples obras poéticas, cronológicamente, las siguientes: Torre de voces (1929 –1936), Trópico íntimo (1930 –1946), Propiedad del recuerdo (1940 – 1942), Clima de eternidad (1944), 12 sonetos y una canción a la rosa (1945 – 1947), Seis cantos para una sola muerte (1947 – 1948), El ángel destruido (1950 –1952) y Al oído de Dios (1954 – 1960). Aquí presentamos un florilegio entresacado de varios de estos libros.
En cuanto a su poesía resumir algunas de las características que se encuentran en su poesía. Escribe al estilo tradicional con la misma facilidad con que escribe de acuerdo a la vena modernista y posmodernista. Al lado de una poesía sumamente elaborada y difícil encontramos poesía de formato popular, extremadamente musical y fácil. Puede seguir los moldes métricos de los antiguos como incurrir en los del momento vanguardista, etc.
Pero lo más admirable es que, bien escriba de una u otra manera, siempre se muestra auténtico en sus metros y temas. Emplea a veces metáforas sorprendentes, hasta llegar a lo audaz. Se nota con frecuencia mucho colorido sensual como substrato de lo onírico y psíquico y surrealista. Pero sobre todo ello, sobresale su apego al trópico: el sol, la vegetación exuberante y el mar. El mar es la marca común de casi todos los poetas isleños
ELEGÍA POR LA MUERTE DE TOMÁS SANDOVAL
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
para sólo pensar desesperadamente
en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa,
o en aquella tu carne color de azúcar parda,
después que los peces hambrientos se comieron
el último paisaje de sol que había en tus ojos?
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
¡Oh príncipe mulato de la verde escafandra!
¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!
Después que la muerte dejó sobre tus sienes
una polar caricia de puñales de hielo...
Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
Por esos ojos tuyos
derramarán su llanto de alero las palomas;
la noche que te clama sin cesar desde el cielo
colgará sus crespones de sombras ateridas
sobre un mundo salobre de guitarras y lonas.
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
el alba que alumbraba por dentro de tus ojos
de terciopelo oscuro:
porque ya se habrá ido sin campanas tu vida
hacia una madrugada de sal y caracoles,
más allá de la noche liviana de las algas,
a donde -todavía-
la luna no ha podido llegar para mirarte
definitivamente dormido bajo el agua.
¡Arena y sólo arena
para el ancla caliente de tus ingles desnudas-,
para tus ojos, sombras de los corales mudos!
¡Arena y sólo arena
para enterrar tus sueños marítimos
de nubes y de gaviotas blancas,
sobre un cielo de coco nublado de sardinas!
¡Arena y sólo arena
para hundirte en tu inmenso silencio terminado
entre besos impuros de hermafroditas peces!
¡Ay! ¡Que ya no habrá más música marina de acordeones
en tu lecho de limos y pleamares eternos!
Sin un puerto posible para tu despedida,
en la noche se fueron llorando las estrellas.
Querida entre tus brazos, habrás tenido sólo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
¡Oh amante ineludible para quien la marisma
tendía el más oculto fluir de sus mareas!
¿Qué has hecho con el rostro pálido de las lunas
caídas en el fondo solitario del mar?
¿Qué has hecho con el rostro de amor de aquellas lunas?
¿Traslúcida y radiante como un cristal muy fino
deambulará tu sombra en torno de estas islas caribes que te dieron
ese estupor de cielo mojado de aguardiente?
¿Quién ahora dolido escuchará tu voz herida de violentas,
y le dará a tu gesto de varón suicida
todos los crisantemos crecidos en la tarde?
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
las verdes hojas anchas sacudidas
por tropicales ráfagas de horno,
te están diciendo adiós,
y tú no miras...
Argumento:
Todo se desarrolla en un cortejo fúnebre, donde se le hace fiel reconocimiento a un marinero que ha perdido la vida en el inmenso mar. El narrador se convierte en un observador y descriptor de las profundas aguas marinas, que junto a la flora y fauna de estas profundas aguas fueron parte de la vida de la victima. Donde empieza describiendo el profundo fondo del mar, adornado por algas, caracoles y peces y desde las profundidades, a lo lejos se observan ceibas y nardos de una forma espectacular. Todo esto se lleva a cabo por medio de exclamaciones.
Tema:
El tema de esta elegía se centraliza en la irreparable pérdida de un navegante, amigo íntimo y esposo, que se había dedicado la vida entera a navegar por grandes mares, hasta el día de su muerte, dormido un día cualquiera, cristianamente en el fondo del mar para siempre.
Mensaje.
En la elegía el autor ubica los sentimientos por encima de todas las cosas, los cuales se presentan en toda la estructura discursiva del texto, a través de comprometedoras interrogaciones y exclamaciones. El autor nos muestra cómo la entonación puede variar las estructuras de una narración a través de los signos de interrogación o admiración, los diálogos, como puede variar la apuntación, los tiempos y modos verbales y las variantes pronominales.
Valores morales y sociales:
En esta elegía resaltan los sentimientos sensitivos, como una forma del autor exponer su propia vida, frente a los problemas sociales que desde tiempo remoto han llevado al ser humano a pensar a dónde va cada ser querido después de la muerte.
Esta obra cumple con una función social y artística de un valor importante, porque por medio de estos versos se puede llegar a los sentimientos humanos en toda la sociedad dominicana y en donde quiera que exista un ambiente con situaciones similares. No obstante nos sirve como medio de llevarnos en un viaje por el pasado, como una forma de hacer presente nuestros antecedentes.
Este discurso empieza con la repetición de estos versos en la misma estrofa:
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
Es un estilo de palabras usadas en momentos difíciles, donde se pierde a un ser querido o amigo, propia de sectores y barrios de nuestra sociedad, donde se lleva a cabo alguna actividad por la perdida de algún ser querido. La imagen del mar, frente al medio ambiente escogido por el autor, nos introduce a las vivencias de la época, donde el ser humano de la época vivía en contacto con la naturaleza y en especial con el mar.
Creo que una elegía escrita con estos versos, no se podría escribir sin el autor haber vivido de una u otra forma en relación con la realidad circundante, existente en lugares y momentos propios de la vida costera de alguna región del caribe y en especial República Dominicana, por la forma de describir el nombre de los accesorios que usaba la victima. El impacto que de seguro crea este discurso en nuestra sociedad en esta época es grandioso, al promover ideologías de sentimientos nacionales y amistosos, a través de canciones recitadas, que quizás pocos poetas dominicanos habían llevado a cabo para la época.
Existe una gran similitud con nuestra sociedad actual. Esta situación se presenta con bastante frecuencia en nuestra vida sentimental, donde pierden la vida familiares, amigos y relacionados, donde muchos mueren de muerte natural, otros son victimas de crímenes, enfermedades y de igual modo otros mueren ahogados en algún lugar del mar. Esto ocurre a nivel nacional, en todos los niveles de la sociedad y muy especialmente en los estratos sociales más bajos de nuestra sociedad.
Recursos Lingüísticos:
Elegía por la muerte de Tomás Sandoval empieza con una estrofa larga, que se caracteriza por la entonación que le dan los signos de interrogaciones y admiraciones, con gran sentido metafórico apoyado en una carga semántica apoyada en un fuerte colorido sensorial. Es por esto que la principal figura literaria de esta elegía es la sinestesia, seguida de hipérboles y anáforas o repeticiones, que nos encierra en un mundo lleno de incógnitas, a través de los llantos derramados por la partida de un ser querido, que había vivido estrechamente inmerso a las saladas aguas del mar.
La cadena de la elegía empieza en su primera estrofa con signos de interrogación, acompañado de signos de admiración, que invaden toda la estructura narrativa del texto hasta el final.
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
¡Tronco joven de ceiba y corazón de nardo!
Estos dos versos entre signos de interrogación se repiten dos veces en la primera estrofa de la elegía, dándole ritmo y significado al texto. Su cadena prosódica empieza con /q/ de “quién”, y esa cadena se repite en los octavos y novenos versos.
En el primer verso de la segunda estrofa podemos definir el dolor causado por la partida de Tomás Sandoval, cuando el autor nos sumerge en estas palabras cargadas de hipérboles, anáforas y conjunción, cuando dice:
Por esos ojos tuyos –dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
El empleo de y dentro de versos después de la primera estrofa, puede formar cierto uso de Polisíndeton, que aunque no se puede observar como abuso de la conjunción,
adquiere cierto valor semántico y sintáctico dentro de los parámetros de la descripción hechas por el autor.
En ¡Arena y sólo arena, versos que dan inicio a las estrofas tercera, cuarta y quinta de la elegía, se pueden observar claramente el abuso de la conjunción y formando lo que se podría llamar como polisíndeton, acompañado de ciertas anáforas, hipérboles, metáforas, sinestesias, onomatopeyas, toda esta gama de figuras van encerradas en signos de admiraciones, dándole realza al significado de la elegía. Estas tres estrofas son un estribillo que forman el mensaje principal de la elegía y donde se produce un ritmo, por repetición de palabras o anáforas. Todo esto sucede con la rapidez de los adjetivos calificativos con el uso de verbos transitivos y pronominales, con el acompañamiento de grandes sentidos prosódicos que marcan el ritmo y el significado del texto.
El esquema estructural de la elegía posee nueves estrofas, que van de tres a trece versos, en su mayoría son versos largos.
En su primera estrofa el verso es de ocho silabas, /Quién ahora llorando/, nos sumerge en el fondo de un mar fantástico, cuando luego dice: te alzará desde el fondo solitario del mar. Esta amplia estrofa de trece versos termina en puntitos que son suspensos, cuando termina diciendo: una polar caricia de puñales de hielo…, y nos llevan a un desenlace, con la muerte de un ser querido.
Su segunda estrofa y la más larga de todas con diecisiete versos, es donde realmente entra el dolor, la pena, y los sentimientos, por la irreparable perdida de un ser querido
cuando el autor escribe y repite en estos versos:
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
el alba que alumbraba por dentro de tus ojos
de terciopelo oscuro:
porque ya se habrá ido sin campanas tu vida
Los dos últimos versos de esta estrofa terminan paradójicamente, para destacar la muerte, cuando el autor dice:
la luna no ha podido llegar para mirarte
definitivamente dormido bajo el agua.
Su tercera, cuarta y quinta estrofas, son exclamaciones, construidas con repeticiones o anáforas, unidas por la conjunción y en medios de los versos que dan inicio a estas estrofas. Estas conjunciones dan la característica rítmica a la elegía, formándose así lo que llamaríamos estribillos
En la séptima estrofa el autor hace alusión a la pena que embarga la viuda de la victima, cuando la consuela con estos versos sensitivos:
Querida entre tus brazos, habrás tenido sólo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
La última estrofa nos sumerge al desenlace total al unir versos con delicada y fina ironía, cuando el autor describe estos intensos versos suspensos:
te están diciendo adiós,
y no miras…
Figuras literarias: Entre las figuras literarias tenemos en primer lugar las sinestesias luego le siguen las metáforas, anáforas, hipérboles, también se desbordan dos clases de signos en la elegía, que son los signos de admiración e interrogación, que le dan realza y viveza al mismo.
Sinestesias:
Querida entre tus brazos, habrás tenido solo
una coquetería de manatíes hembras,
porque ya las abejas que anidaban tus labios
se habrán llevado toda la cera de tus besos.
para sólo pensar desesperadamente
en el vidrio desnudo de tu limpia sonrisa
derramarán su llanto de alero las palomas;
la noche que te clama sin cesar desde el cielo
Prosopopeyas:
en la noche se fueron llorando las estrellas
entre besos impuros de hermafroditas peces!
para tus ojos, sombras de los caracoles mudos!
la luna no ha podido llegar para mirarte
las verdes hojas anchas sacudidas
por tropicales ráfagas de horno,
te están diciendo adiós,
Anáforas o repeticiones y polisíndeton o abusos de conjunciones:
¡Arena y sólo arena
¡Arena y sólo arena
¡Arena y sólo arena
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar,
¿Quién ahora, llorando,
te alzará desde el fondo solitario del mar?
Por esos ojos tuyos -dolor- por esos ojos
tan llenos de luceros distantes y neblinas.
Por esos ojos tuyos
de nubes y gaviotas blancas,
en tu lecho de limos y pleamares eternos!
y tú no miras…
Metáforas:
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
¿Qué has hecho con el rostro pálido de las lunas
caídas en el fondo solitario del mar?
¡Arena y sólo arena
para enterrar tus sueños marítimos
de nubes y de gaviotas blancas,
sobre un cielo de coco nublado de sardinas!
Anadiplosis:
Pero tú desde el fondo no la podrás mirar.
No la podrás mirar porque ya se habrá ido
Hipérbaton:
En litoral amargo de llanto sin pañuelos
las verdes hojas anchas sacudidas
Punto de vista del narrador: el autor narra desde la tercera persona observadora, es un mero espectador.
Nivel de lenguaje empleado:
Sociocultural y psicológico, con un estilo poético.
Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:
Parda: Del color de la tierra, o de la piel del oso común, intermedio entre blanco y negro, con tinte rojo amarillento, lo más oscuro que el gris.
Escafandra: Aparato compuesto de una vestidura impermeable y un casco perfectamente cerrado, con un cristal frente a la cara, y orificios y tubos para remover el aire, que sirve para permanecer y trabajar debajo del agua. Dispositivo que permite al hombre permanecer en un medio diferente a la atmósfera habitable; protege de un exceso o defecto de presión, de radiaciones nocivas y suministra el oxígeno necesario para la respiración.
Nardo: Flor blanca y muy olorosa, especialmente de noche, dispuesta en espiga. Planta de jardín con el tallo sencillo y derecho y hojas largas que se prolongan como si fueran escamas, y que da esa flor.
Alero: Borde de un tejado que sobresale de la pared y sirve para desviar de ella el agua de lluvia.
Aterir: Pelarse de frío
Ateridas: Paralizado o entumecido a causa del frío.
Terciopelo: Tejido espeso y delicado, que tiene pelo muy corto y suave en la superficie. Tejido cuya superficie se presenta cubierta de fibras dispuestas perpendicularmente al mismo, formando dibujos o canales, o completamente lisa.
Ancla: Instrumento de hierro, en forma de arpón o de anzuelo, que, sujeto a una cadena, se echa desde una embarcación al fondo del mar para impedir que esta se mueva.
Ingle: Parte del cuerpo en la que se une la parte superior de la pierna con el vientre.
Hermafroditas: Se aplica al ser vivo que reúne en un mismo individuo los órganos sexuales masculinos y femeninos
Pleamares: Nivel más alto que alcanza el agua del mar durante la marea alta. Tiempo en que el nivel del agua del mar se mantiene en estas condiciones
Marisma: Terreno bajo y pantanoso que ha sido invadido por el agua del mar o de un río. Zona baja, llana o suavemente ondulada, que es invadida por el agua del mar o de los ríos, formada por arenas o limos.
Traslúcida: Se aplica al cuerpo que deja pasar la luz pero que no permite ver con nitidez a través de él
Radiante: Que brilla o emite mucha luz. Que expresa gozo o alegría.
Deambular: Ir de un lugar a otro sin un fin determinado. Andar o pasear sin objeto determinado.
Estupor: Estado de la persona que está parcialmente inconsciente debido a una disminución de la actividad de las funciones mentales y físicas y de la capacidad de respuesta a los estímulos. Asombro exagerado que impide a alguien reaccionar
Crisantemos: Flor de colores variados e intensos, con gran cantidad de pétalos; posee un tallo fuerte y largo con hojas alternas. Planta de la familia compuestas (Chrysanthemum hortorum), de jardín, de hojas alternas, verdes por el haz y blanquecinas por el envés, y cabezuelas solitarias o reunidas en corimbo, grandes y de colores variados.
Salobre: Que contiene sal. Que por su naturaleza tiene sabor de sal.
Crespón: Trozo de tela negra que se usa en señal de luto. Tela o gasa fina de textura rugosa.
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