viernes, 15 de abril de 2011

ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO ¨CRÓNICA POLICIAL¨ VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN

AUTOR Y SU ÉPOCA:

Virgilio Díaz Grullón es el autor de la suspensa y dramática obra “Crónica Policial”, nació el 1 de mayo de 1924, en Santo Domingo y murió el 18 de julio de 2001.
Hijo del escritor Pablo Virgilio Díaz y Ana Virginia Grullón, cursó sus estudios primarios y secundarios en Santiago de los Caballeros, ciudad donde recibió el título de Bachiller en la antigua Escuela Normal en 1940. Se graduó como Doctor en Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en 1946. Desempeñó también diferentes cargos públicos y en la banca privada.

En 1958 obtuvo el Premio Nacional de Cuento con el libro Un día cualquiera y, ese mismo año, su cuento Edipo resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. En el año 1977 obtuvo el Premio Anual de Novela Manuel de Jesús Galván con el libro Los algarrobos también sueñan. En el año 1997 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.

Fue jurado de importantes premios literarios como Siboney y Secretaría de educación (Santo Domingo) y Casa de las Américas (Cuba).
Colaboró con diversos periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Varios de sus cuentos han sido traducidos al inglés, francés y portugués, apareciendo en numerosas antologías. Fue miembro de la Academia Dominicana de la Lengua. Murió en Santo Domingo el 18 de julio de 2001.
Díaz Grullón es, sin duda, el mejor escritor de cuentos sicológicos en la República Dominicana.

En el cuento psicológico, por lo general, el proceso asociativo, analítico, etc., del inconsciente es igual o tiene mayor importancia que el evento externo—es decir, el evento que se cuenta se registra subjetivamente en la mente del protagonista. Así, en el cuento psicológico, es muy común que el cuentista enfatize la vida subjetiva y emocional del protagonista. En inglés, los mayores exponentes fueron, probablemente, Katherine Mansfield (Nueva Zelandia, 1888-1933 y James Joyce (1882-1941), William Faulkner (1897-1962). En italiano, Alberto Moravia (1907-1961) y Cesare Pavese (1908-1950). En español, los mayores exponentes han sido, quizás, Eduardo Mallea, Juan Carlos Onetti, Felisberto Hernández y Mario Benedetti.
En 1959, su colección de cuentos Un día cualquiera obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En 1977 obtuvo el Premio de Novela Manuel de Jesús Galván por la novela Los algarrobos también sueñan. En 1958, su cuento «Edipo» resultó finalista en el concurso de autores hispanoamericanos patrocinado por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.


Crónica Policial

Tan pronto llegué a la redacción del periódico aquella mañana lluviosa de junio, el director me llamó a su despacho y, sin levantar la vista de las pruebas de imprenta que tenía sobre el escritorio, me dijo:
—Hay un muerto en la calle de La Cruz Nº. 104. Ve con un fotógrafo y prepara el reportaje para la edición de esta tarde. —Bien—, respondí, y salí de inmediato a cumplir sus instrucciones, porque mi jefe es hombre de acción y no le gusta que nadie desperdicie el tiempo que paga religiosamente cada fin de mes. Como Guillermo fue el primer fotógrafo disponible que encontré, me lo llevé y tomamos juntos un taxi que nos llevó en pocos minutos al Nº. 104 de la calle de de La Cruz.
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera y con una galería estrecha en el frente que rebosaba de curiosos, empujados por ese instinto que nos impulsa a acercamos morbosamente a la tragedia.
Guillermo y yo nos abrimos paso gracias un poco a nuestra credencial de periodistas y otro a base de empellones y codazos. A través de la marejada humana, pasamos por la sala, el comedor y una pequeña terraza posterior, y desembocamos en el patio. En el centro, tirado de espaldas en el suelo, con las piernas separadas en actitud inverosímil y los brazos en cruz, estaba el muerto, rodeado por algunos agentes de la policía y dos hombres vestidos de civil que se inclinaban sobre el cuerpo yacente.
Eché una ligera ojeada sin acercarme demasiado, porque no me gusta contemplar cadáveres, y reparé en que el muerto era de edad madura y corpulento, y que vestía pantalón y camisa blancos que la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo y salpicado de manchas de fango rojizo.
Mientras Guillermo buscaba el ángulo más apropiado para fotografiar el cadáver y las personas que lo rodeaban adoptaban las posturas más convenientes, me dirigí a una señora entrada en años que observaba impasible la escena desde la terraza.
— ¿Es usted de la casa?, —le pregunté. —Si, señor... Por lo menos lo fui hace algún tiempo. — ¿Parienta del difunto?—Su hermana. —Ah, ¡caramba! lo siento mucho... Soy periodista, ¿sabe?... ¿Puede informarme algo de interés para la prensa? Me miró con un atisbo de desconfianza en los ojos, pero se le notaba que no le disgustaría ver su nombre en las columnas de un periódico.
— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.

— ¿La esposa? ¿Y ya ha sido detenida?

—No, todavía no. No sé qué espera la policía para llevársela. La tienen en su habitación, bajo custodia.

— ¿Y por que lo mato?—Es una historia larga... Mi pobre hermano siempre fue una víctima de esa mujer. Todos nosotros le aconsejamos que no se casara con ella: él le llevaba más de veinte años. Pero siempre fue terco como una mula. La mujer lo dominó desde el primer momento, y sólo veía por sus ojos. Ya en el primer mes de matrimonio comenzó a engañarlo descaradamente. Yo se lo advertí entonces porque en aquel tiempo vivía con ellos y me daba cuenta de todo... ¿Sabe lo que hizo mi hermano?:

Como yo realmente no lo sabía, se lo confesé abiertamente y entonces ella prosiguió: —Me echó de la casa... ¿Se da cuenta? —se golpeó el pecho—. A mí, a su propia hermana. No creyó una sola palabra de cuanto le dije y me llenó de insultos. Desde aquel día no había vuelto a poner los pies en esta casa hasta hoy... y ya es demasiado tarde: Arquímedes murió sin abrir los ojos. Esa malvada lo asesinó antes de que él pudiera convencerse de que era yo quien tenía la razón...Le di las gracias a la buena mujer y me separé de ella porque alcancé a ver en aquel momento a mi amigo Mario, el ayudante del Fiscal, saliendo hacia el patio desde una habitación de la casa.
— ¡Hola! Mario, ¿confesó la asesina?

-¿Que quien confesó qué?—. Mi amigo no parecía estar de muy buen humor. —La esposa del muerto— repuse. — ¿No estabas interrogándola hace un momento?—Sí, en efecto, estaba haciéndole algunas preguntas. Pero, de donde sacas que ella mató a su marido?—Pues... eso oí decir hace un momento. ¿Puedo verla?—No hay inconveniente. Esta allí, en aquella habitación. Seguí la dirección que me indicaba con la mano, y después de tocar suavemente con los nudillos en la puerta, la abrí y entré en la habitación.
Había allí dos mujeres. La más joven, sentada en una mecedora con la frente apoyada en la mano, se dejaba consolar por una señora mayor que le acariciaba el pelo.
—Perdón. Soy periodista, puedo conversar un momento con usted, señora?—, expliqué mirando a la que me parecía más afligida de las dos. Ella asintió con un movimiento de cabeza, pero la otra dijo, poniendo cara de disgusto:
—Periodista, eh? De los que les gusta meterse en vidas ajenas y averiguar cosas que no le importan, no?— Y volviéndose a la joven: —No le digas nada. Son todos unos enredadores y unos embusteros. ¡Sabe Dios que mentiras va a publicar después en el periódico!...—Pero, mamá. Déjalo que me pregunte. Yo no tengo nada que ocultar y, además, cuando sucede una desgracia como ésta, no se puede evitar la publicidad. — Y volviéndose a mí agregó: —Por favor, tome asiento. ¿Qué desea saber? Me senté en un extremo de la cama, frente a ella, pensando que era preferible iniciar el interrogatorio de manera indirecta.
—Ante todo, señora: Cuánto tiempo hacía que estaba casada con el señor Sandoval? —dos años y tres meses. —Y fue usted feliz durante su matrimonio? —Perfectamente feliz. Arquímedes fue siempre un modelo de esposo: gentil, complaciente, bondadoso... Jamás tuve motivos de queja contra él. —Y se amaban mucho ustedes? —Éramos una pareja perfecta. Jamás tuvimos disgustos y nos queríamos profundamente. No alcanzo a imaginarme...— ¿Y a qué atribuye usted la muerte de su esposo? —Ah! Pero no lo sabe?... Arquímedes se suicidó. — ¿Se suicido?... Por qué motivo?—Los negocios... Últimamente había tenido mala suerte y estaba al borde de la quiebra. Él, que había vivido siempre, si no con lujos, por lo menos acomodadamente, no pudo resistir la perspectiva de una estrechez económica. La joven bajó la cabeza y se enjugó de la mejilla algo que me pareció una lágrima. Me puse en pie, le expresé correctamente mis condolencias y me despedí.
En el umbral me alcanzó la madre y salió conmigo hacia la terraza. Tomándome de un brazo me llevó a un rincón y me dijo:
—No quería hablar delante de ella... En su estado, la pobrecita no debe enterarse bruscamente, sino más tarde y poco a poco... Pero es necesario que usted lo sepa: mi yerno no se suicidó...— ¡Ah! No? —No, Arquímedes no hubiera sido capaz de abandonar de esta manera a su mujer... Mi pobre yerno fue asesinado. — ¿Asesinado? ¿Y por quien?
La mujer bajó la voz y señaló con disimulo:
—La culpable está allí, mírela usted: es aquélla, vestida de negro. Volví la cara y eché un vistazo hacia mi primer informante, que nos miraba, ceñuda, desde la terraza.
— ¿La hermana del difunto? —pregunte asombrado. —Si. Ella misma. Ya la he denunciado al Fiscal. Está loca y siempre tuvo unos celos enfermizos de mi pobre hija... Estaba enamorada de su propio hermano... Incesto, ¿sabe?... Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa...Quedé mudo, mirando sucesivamente a ambas mujeres. Por suerte en aquel preciso instante pasó por mi lado Mario, y excusándome con la señora, me emparejé con el representante del Ministerio Público y entré en el interior de la casa en busca de la salida hacia la calle.
—Caso complicado éste, ¿verdad?—, comenté. El ayudante del fiscal se volvió hacia mí con ojos abiertos de asombro.
— ¿Complicado? ¡No, hombre! Ya tenemos al culpable casi desenmascarado. —No me digas?—, repuse, ya algo escéptico. — ¿Y quien es?—La suegra de la víctima. Es una mujer capaz de todo. No hice más que mirarla y me di cuenta de que era la única culpable. ¿No te has fijado en sus ojos? No respondí. Me hice la decisión de no pronunciar una sola palabra más dentro de aquella casa.
Guillermo me esperaba afuera, con la cámara fotográfica al hombro. Al tomar el taxi que nos conduciría de regreso a la redacción, me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara mientras mi compañero me informaba:
—Parece que ya cogieron al hombre. iA quien? —Tenía un miedo horrible de oír la respuesta, pero no pude evitar percibirla claramente: — ¿A quien va a ser...? Al asesino: un tío de la víctima... Naturalmente, no escribí el reportaje y esa misma tarde renuncié del periódico.




ANÁLISIS LITERARIO DEL CUENTO CRÓNICA POLICIAL
VIRGILIO DÍAZ GRULLÓN

Argumento:

Todo se desarrolla en la ciudad, en la redacción de un periódico, desde donde se desplazan un periodista y su camarógrafo a una modesta casa a recoger las primeras noticias del día, donde yace el cuerpo sin vida, ensangrentado de Arquímedes, comerciante. El periodista y su camarógrafo Guillermo buscan evidencias de la tragedia, al entrar en la casa, el periodista se dirige al patio, donde se encuentra el cuerpo de la victima. Al volver la cara, ve la hermana de la victima en la terraza, se desplaza hacia ella en busca de información, la cual le dice que este fue asesinado por su propia esposa, joven infiel, según esta, al cual la victima le llevaba mas de veinte años.

El periodista al ver la entrada de Mario, Agente Fiscal, dijo a este lo que había escuchado de la hermana de Arquímedes, el cual no encontró suficientes evidencias en ella. Luego de investigar a la esposa de Arquímedes, no encuentra evidencias y se dirige a la madre de esta, quien confiesa que la asesina es la hermana de la victima, el cual se encontraba enamorada de este. El periodista confiesa al fiscal lo complicado del caso, a lo que este dice que la asesina no fue más que la suegra de la victima.

Al tomar el taxi que lo conduciría de vuelta a la redacción del periódico, Guillermo, camarógrafo informa al periodista que el asesino fue el tío de la victima…
Por lo que al llegar a la redacción del periódico decide no escribir el reportaje y renunció del puesto.


Tema:
El tema de esta obra se centraliza en la agitada y difícil vida de un periodista investigador, reportero de un periódico, el cual se ve obligado a renunciar de su puesto de trabajo al no poder llevar la información correcta de un asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes.


Mensaje:
La honradez del periodista por no poder esclarecer y llevar la información correcta de un supuesto asesinato a la redacción del periódico, por negligencia de las autoridades competentes decide renunciar de su puesto de trabajo.


Valores sociales y morales:

En esta crónica policial resaltan los problemas sociales acaecidos en todos los sectores de nuestra sociedad, como una forma del autor exponer los problemas que agobian a cada ser humano, donde se presentan problema pasionales, psicológicos y culturales en nuestra sociedad. Con esta crónica se cumple con una doble función social y de gran valor ético y moral, donde se cometen crímenes que no se sabe quién y como se han llevado a cabo, solo por la negligencia de las autoridades competente, situación vivida a cada momento en todo los estratos sociales nuestros. Solo con el solo agravante de que quien pierde la vida en un accidente de esta magnitud tiene que ser recogido del lugar de los hechos y ser llevado a patología forense, para poder esclarecer el hecho y luego a su hogar con el fin de llegar a su morada de despedida, a través de las preguntas de los presentes, como una forma de desconocimiento total de los hechos. Situación que nos sirve como una forma de ver la realidad circundante en nuestra sociedad.

Este discurso refleja todo un asesinato incubierto, que queda impugne, cuando el autor expresa con este engañoso diálogo:



— ¿Qué quiere saber?—Todo. Acabo de llegar y no estoy enterado de nada... Cómo se llamaba su hermano, a qué ocupación se dedicaba, cuál fue la causa de su muerte...Me interrumpió diciendo fríamente:
—Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra. Era comerciante y murió asesinado. — ¿Asesinado? —Sí, asesinado. Cobardemente asesinado por esa mujer. — ¿Que mujer?—La malvada con quien se casó.


Este estilo de diálogos propios de lugares donde se cometen asesinatos a personas de clase media, sin saber quien ha sido el culpable del mismo. La imagen del periodista frente al crimen, como persona que tiene que dar cuenta a los medios de comunicación de los problemas acaecidos en nuestra sociedad, presenta un obstáculo al ver que no ha podido recoger las noticias confidenciales de los familiares de la victima, ni de las autoridades presentes en el lugar, situación que se presenta cada hora y momento. De todos modos el autor de la obra nos introduce en los problemas sociales barriales más crudos a diario vivido en toda la geografía nacional de la época y de la actualidad.


Creo que estas situaciones narradas por el autor en esta magnifica crónica policial, no se pudo haber descrito sin él haber vivido esta situación, ya sea como observador o como protagonista de los hechos, crímenes que se llevan a cabo a cada momento en la sociedad que habitamos. El impacto que debió crear este discurso en la época, debió ser impresionante, al promover ideologías, que podrían estar de moda, con los problemas sociales y políticos vividos por la sociedad nuestra, donde se veían a cada momento problemas pasionales, persecuciones y crímenes de forma descabelladas. De una u otra forma existe lo que se llama asesinato incubiertos en nuestro país actualmente, aunque no existan dictaduras. Hay bastantes problemas pasionales y crímenes por donde quiera. El autor nos hace un verdadero recuento con el pasado y el presente de nuestra sociedad.



Recursos lingüísticos:
Entre los recursos lingüísticos empleados por el autor están:

Sustantivos y Adjetivos:
Por su estructura mayormente dialogada, la crónica tiene un gran valor expresivo, cargado de adjetivaciones calificativas, acompañado de sustantivos

En el esquema estructural del cuento el autor nos introduce rápidamente en el lugar de los hechos, nos lleva de una vez al problema, el autor nos guía con sus propias manos, sabe a que camino a de llevar al lector, cuando nos dice: - Hay un muerto en la calle de La Cruz No. 104. Luego va narrando linealmente a través de expresiones dialogadas con un contenido rico en adjetivaciones calificativas, propia de la narración descriptiva y así mismo nos concluye el cuento.

Figuras Literarias:
Hipérboles, diálogos, puntos suspensivos, interrogaciones, admiraciones, metáforas, paradojas, personificaciones, símil, etc.

HIPÉRBOLES:
La casa era modesta, de una sola planta, construida de madera
morbosamente a la tragedia
cobardemente asesinado por esa mujer.
-Su nombre era Arquímedes, Arquímedes Sandoval Guerra.
me hundí en el asiento y me eché el sombrero en la cara
Una mujer completamente anormal y peligrosa, muy peligrosa…

DIÁLOGOS: INTERROGACIONES, ADMIRACIONES Y PUNTOS SUSPENSIVOS.
-¿Es usted de la casa?, - le pregunté. –Si, señor…Por lo menos lo fui hace algún tiempo.- ¿Parienta del difunto? –Su hermana. –Ah, ¡caramba! lo siento mucho….Soy periodista, ¿sabe?...

METÁFORAS:
marejada humana
salpicado de manchas de fango rojizo
crónica policial
cobardemente asesinado

PARADOJA:
Arquímedes murió sin abrir los ojos.

PERSONIFICACION:
la lluvia de la mañana había pegado a su cuerpo

SÍMIL:
Pero siempre fue terco como una mula


Punto de Vista del Narrador:
Con una clase de Descripción Pictórica y Topográfica el narrador se postula desde un punto de vista de primera persona central.


Personajes:
El Periodista, Guillermo (el camarógrafo), Arquímedes Sandoval Guerra (victima), La Esposa de la victima, Mario (Ayudante Fiscal), La Suegra y la Hermana del difunto.

Nivel de lenguaje empleado
Psicocultural, con estilo culto o formal.


Palabras desconocidas buscadas en el diccionario:

CRÓNICA: artículo periodístico o información radiofónica o televisiva sobre temas de actualidad. Historia en que refieren los sucesos donde se observa el orden de los tiempos.
POLICIAL: Perteneciente o relativo a la policía.
CREDENCIAL: Real u otro documento que sirve para que un empleado se de posesión de su plazo, sin perjuicio de obtener luego el título correspondiente.
YACER: Estar echada o tendida.
INVEROSÍMIL: Que no tiene apariencia de verdad
FANGO: Lodo glutinoso que se forma generalmente con los sedimentos térreos en los sitios donde hay agua detenida.
MALVADA: Dicho de una persona: Muy mala, perversa, mal inclinada.
ASINTIR: Mostrar acuerdo o conformidad con lo que alguien ha propuesto o afirmado.
ENJUGAR: Quitar la humedad superficial de algo absorbiéndola con un paño, una esponja, etc.
UMBRAL: Parte inferior o escalón, por lo común de piedra y contrapuesto al dintel, en la puerta o entrada de una casa.
YERNO: Respecto de una persona, marido de su hija.
INCESTO: Relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el matrimonio.
ESCÉPTICO: Que no cree o afecta no creer.
EMPAREJAR: Juntar dos personas, animales o cosas formando pareja, Poner algo a nivel con otra cosa.
MORBOSO: Que provoca reacciones mentales moralmente insanas o que es resultado de ellas.
REBOSAR: Dicho de un lugar: Estar exageradamente lleno.
EMPELLÓN: Empujón recio que se da con el cuerpo para sacar de su lugar o asiento a alguien o algo.
CONSOLAR: Aliviar la pena o aflicción de alguien.
AVERIGUAR: Buscar la verdad hasta descubrirla
REPARAR: Componer, arreglar una cosa
SALPICAR: Saltar o esparcir un liquido en gotas menudas
CORPULENTO: Que es alto y fuerte
ÁNGULO: Abertura entre dos líneas de cualquier tipo que concurren en un punto común llamado vértice
IMPACIBLE: Indiferente, imperturbable
NUDILLOS: Las articulaciones de los dedos que suelen ser prominentes cuando la mano se cierra
EMBUSTEROS: Se aplica a la persona que dice embustes o mentiras
MAREJADA: Situación de nerviosismo y excitación que se da en un grupo de personas y se manifiesta con un gran alboroto de voces.
TERCO: Pertinaz, que no cambia de actitud o parecer aunque haya argumentos convincentes en su contra.
CEÑUDA: Que arruga el ceño.
CEÑO: Gesto de enfado, concentración o preocupación que consiste arrugar la frente y juntar las cejas.
ATISBAR: Mirar, observar con cuidado, recatadamente.
ATISBO: Acción de atisbar.

funideli

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